Filadelfia. Miles de personas con el jersey de las Águilas de Filadelfia pintaron de verde las principales calles de la ciudad para celebrar a los campeones de la NFL. Sobre uno de los autobuses al aire libre con el que dio comienzo el desfile de la victoria, el mariscal de campo y MVP del Supertazón, Jalen Hurts, junto con el propietario de la franquicia, Jeffrey Lurie, se turnaron para levantar el trofeo Vince Lombardi, en uno de los momentos más emblemáticos del recorrido.
Muchos acamparon a lo largo de la ruta durante la noche, acurrucándose bajo mantas y dentro de tiendas de campaña para asegurar lugares privilegiados cerca del Museo de Arte de Filadelfia, donde las Águilas subieron al escenario en las escaleras ‘Rocky’, denominadas así por la legendaria serie cinematográfica de boxeo, protagonizada por Sylvester Stallone.
Otros vestidos con los colores de Filadelfia treparon árboles, se subieron a escaleras y se aferraron a una estatua de Benjamin Franklin cerca del ayuntamiento para echar un vistazo al corredor récord Saquon Barkley y a Cooper DeJean, el back defensivo novato que corrió una intercepción hasta la zona de anotación en su cumpleaños número 22.
En un acto que salió del plan original del desfile, Barkley se bajó de uno de los autobuses para caminar a lo largo de la ruta e intercambiar saludos con los fanáticos. Jordan Jaindl, quien no pudo asistir al de 2018 después de que las Águilas ganaran su primer Supertazón, no iba a perderse este y llevó a su esposa y sus tres hijas desde Binghamton, Nueva York. Este equipo, dijo, es la personificación de la ciudad.
“Su ética de trabajo, el esfuerzo que tienen para ganar. Nosotros tenemos que esforzarnos así en Filadelfia”, agregó.
Los asistentes llegaron con carritos de supermercado repletos de comida y bebida, mientras que unos pocos se quedaron abrigados en un hotel, bebiendo champán. Un grupo asó un cerdo con el número «15» grabado en el costado, un último intento por el mariscal de campo de Kansas City, Patrick Mahomes.
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