Julio César Chávez, el gran campeón del boxeo mexicano, pudo haber tomado un camino distinto en su envidiable carrera en los encordados, donde mantuvo un invicto por casi 15 años y sumó más de 100 victorias a lo largo de su carrera. ¿Se imaginan a este ídolo disputando una Copa del Mundo?
Pues la idea pasó por la mente de Chávez, quien reconoció que en su infancia sus intereses estaban más apegados al balón que a lo guantes. Afortunadamente (para la afición) terminó incursionando al mundo del box, donde se convirtió en leyenda.
“Me gustaba el futbol, el voleibol, el beisbol, lo que menos me gustaba era el boxeo, pero como mis hermanos eran peleadores me fui poniendo los guantes contra otros amigos. Creo que hubiese sido mejor futbolista que boxeador. Quedé campeón en futbol, beisbol y en boxeo perdí”, dijo Julio César en entrevista.
El gran campeón mexicano reconoció que su andar en el boxeo fue complicado, pues sus hermanos ya lo practicaban antes y su madre no estaba de acuerdo.
“Mis inicios en el boxeo fueron complicados, porque mi madre no quería que yo peleara, mis hermanos ya lo hacían y llegaban a la casa muy golpeados, entonces ella se preocupaba mucho, quería que yo estudiara”, compartió.
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