Diamante en bruto-Duartistas y más duartistas-¿Cambios?-Chela y discada  

EL OTRO GOLPE antiduartista llegó y aunque un tanto sordero al principio, amarró lo mediático con el arresto y posterior encarcelamiento preventivo del ex auditor, Jesús Esparza Flores, quien a pesar de estar acusado por una cantidad relativamente mínima, representa el eslabón perdido dentro de los expedientes que aún esperan ser desempolvados de las oficinas del fiscal César Peniche y de Stefany Olmos, secretaria de la Función Pública, la cual se apuntó otra estrella a las varias que acumula delante de su jefe, el gobernador Javier Corral.

Y es que los cabos se han ido atando con las detenciones de la ex directora administrativa de la Secretaría de Educación, Karla Jurado Bafidis, así como con la de Sergio Medina, ex titular de Adquisiciones de la Secretaría de Hacienda, puesto donde también despachó el hoy preso Antonio Tarín y el cual se convirtió en la silla caliente del duartismo, pues de ahí salieron la mayoría de los desvíos que hasta el momento tienen a siete ex colaboradores del ballezano durmiendo en literas del CERESO de Aquiles Serdán.

Pero lo que sí llamó poderosamente la atención es que al ex mandón de la Auditoría Superior del Estado, Jesús Manuel Esparza Flores, le dictaron un año de prisión preventiva por el delito de peculado que involucra poco más de medio millón de pesos, cantidad irrisoria comparada con los demás desfalcos, sin embargo, tanto el juez, el fiscal, el góber y demás actores judiciales y grillos, saben que el contador es la pieza clave para investigar no uno, sino múltiples casos de peculado que involucran a muchísimos priistas.

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POR CIERTO QUE quién sabe si fue a raíz de que el fin de semana un juez federal la citó en conjunto con el ex gobernador César Duarte a que rindiera cuentas por delitos electorales, pero la coordinadora de la bancada del PRI en el Congreso local, Karina Velázquez, fue hospitalizada, y aunque la parralense está fuera de peligro y no se trata de algo grave, sí llamó la atención el incidente que de nueva cuenta pone en la palestra varios nombres de priistas exitosos durante el pasado sexenio, entre ellos el del ex secretario de Hacienda, Jaime Herrera Corral.

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Y MIENTRAS VARIOS tricolores andan en aprietos y sudando frío, los que al parecer están más tranquilos y hasta comieron juntos en Ciudad Juárez, son el aspirante a dirigir el PRI Estatal, Fermín Ordóñez, quien viajó de la capital a la frontera para reunirse con el ex candidato priista a la gubernatura, Enrique Serrano Escobar, así como con Mayra Chávez, dirigente del PRI Municipal en Juaritos, en donde muy seguramente analizaron la situación de los caídos y la hora de la resurrección de algunos otros.

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DICEN LOS MALOSOS que quizá el gobernador, Javier Corral Jurado, ya se olía los aprietos en los que a finales de la semana pasada lo metería –otra vez- su (des)Coordinador de Comunicación Social, Antonio Pinedo Cornejo, con el desaguisado del uso indebido e ilegal de un logotipo y lema de Gobierno que tuvo que desaparecer de la noche a la mañana (como el amanecer) para no seguir prolongando, en el tiempo, la conducta delictiva del plagio.

Quizá por ello la imperiosa necesidad de un cambio en esa área se hace cada vez más que urgente, y quien sabe si sería coincidencia, premonición o simple acumulación de yerros y problemas, pero el pasado martes a eso del mediodía, estuvieron encerrados a piedra y lodo el mandatario estatal y el periodista Luis Silva; exacto, el mismo que llegó hace meses a la oficina de Pinedo para ponerle orden, pero las ansias novilleras del “ducho” inquilino derivaron en un enfrentamiento con quien también fuera ex director del periódico Norte de Ciudad Juárez, al grado de poner contra la pared al mismo gobernador Corral de “se queda Luis o me quedo yo”.

Pues nos aseguran que Luis Silva regresó a Palacio. Lo mandó llamar Corral Jurado. A ellos los une una amistad de mucho tiempo, y hoy esa relación se pone de nuevo “face to face” con la que mantiene el gobernador con su vocero, la cual se encuentra en una balanza con muchos contrapesos, sobre todo de errores, omisiones, enojos y, quizá lo peor de todos, i-le-ga-li-da-des.

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HABLANDO DEL GÓBER Corral, quizá las presiones de que ya no tiene imagen institucional, o pensando lo que deberá gastarse en poner la nueva que le entregará Antonio Pinedo, en espera de que ésta sí sea propiedad del Gobierno del Estado, pues mejor se peló el fin de semana al Lago Colina para alejarse del bullicio y la falsa sociedad.

Los que vieron disfrutar del weekend en las “playas de Colina” a Corral Jurado, nos dicen que se quedó en la casa que ahí tiene el empresario Ismael Rodríguez, quien también despacha como presidente de la Junta Central de Agua y Saneamiento. Para que luego no se diga que no hay cercanía, que algunos mal pensados confundieron con conflicto de intereses, cuando Rodríguez le prestaba su avión personal a Javier Corral durante la campaña electoral y también cuando Javier Corral ya era gobernador electo.

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COMO ECOS DE la comilona que tuvieron Javier Corral y sus seguidores la semana pasada para festejar el triunfo del 5 de junio del 2016, nos cuentan los malosos que quien demostró su tamaño fue la nueva consejera dela Judicatura Estatal, Lucha Castro, quien llegó con tres acompañantes. Y es que dicen que al momento en que los encargados de la lista y la recaudación pasaron a su mesa con charola en mano para recoger los 300 pesos por cabeza que se había acordado como “cover” para la discada y las chelas, de esos cuatro asistentes solamente sonaron 300 chelines y no los mil 200 que se esperaban de la aritmética básica.

Los recaudadores no se quedaron con las ganas y tanto chismorreo se hizo de la acción que hasta el propio Corral Jurado se enteró, lo que motivó incomodidad de la polémica consejera de la Judicatura, quien decidió pararse y retirarse del lugar donde pensó que era invitación pagada y se trataba de cooperación. Por cierto que cuando se fueron, reclamaron los 300 pesos que uno de los acompañantes había soltado, ya que no se quedarían a consumir. ¡Plop! De ese nivel anda la Judicatura.


Source: Columna