Sin mucho ruido, pero al parecer con bastantes nueces, así ha estado avanzando la transición, y es que con eso de que burócratas y demás tomaron su período vacacional, las reuniones entre los integrantes del equipo de la gobernadora electa Maru Campos y de los todavía funcionarios del gobierno de Javier Corral, ha ocurrido sin mayores complicaciones, con excepción, claro está, de lo que sucede en la Secretaría de Hacienda, pero eso, eso es otra historia, y en donde la cosa ha fluido sin broncas, al menos aparentemente, es en la Fiscalía General del Estado que encabeza César Peniche, tanto, que Roberto Fierro, el encargado del tema de seguridad del equipo de la futura gobernadora, se trasladó a Cuauhtémoc, en donde se reunió con el Fiscal General y con el de Distrito, Jesús Carrasco. Además, es esa “fluidez” que se está presentando en la transición respecto a la seguridad, que al interior de la FGE, en especial los agentes del Ministerio Público, andan más que inquietos por quién será el que ocupe el cargo que dejará Peniche y los Fiscales de Distrito, sobre todo porque comenzó a correr el rumor en los pasillos de la corporación, que algunos buscarán por todas las formas el perpetuarse en el puesto y brincar el quinquenio, lo cual trae pensativos a varios MP’s que tienen la esperanza que la situación cambie al interior de Fiscalía con la nueva Gobernadora, aunque existan algunos que se sienten jefes eternos.
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El que cada mes aparece como uno de los gobernadores peor evaluados es Javier Corral, y en la más reciente encuesta de Arias Consultores apareció en primerísimo lugar, pero de abajo hacia arriba, como le viene ocurriendo desde hace ya varios meses en que los ciudadanos de Chihuahua se dieron cuenta de lo que se echaron encima por andar votando enojados aquel junio de 2016. El caso es que otra vez, para no desentonar y según la prestigiosa casa encuestadora, Corral Jurado se ubicó en el lugar 32 de 32 de los gobernadores con mayor aprobación, es decir, salió reprobadísimo, con apenas el 15.2 por ciento de aprobación por parte de sus gobernados, muy lejos de sus homólogos de extracción panista, quienes son de los mejor evaluados y con quienes también tuvo sus diferencias, porque pues esa es la esencia del gobernador saliente, si no está peleado con alguien, simplemente no es feliz.
Lo que sí lo ha de haber traído feliz es su viaje a la Ciudad de México, pero chance esa felicidad se esfumó cuando él gobierno de la 4T nomás le dice que sí, pero no le dice cuándo, y es que Corral viajó a la capital del país luego de iniciar la semana en Ciudad Juárez. El objetivo, bajar el dinero que le permita cerrar este mes y medio que le queda al frente del Gobierno del Estado, cuestión que le urge, porque el despapaye que traen él y su secretario de Hacienda, Arturo Fuentes Vélez, haría sonrojar al mismísimo Jaime Herrera, el exsecre de César Duarte que se convirtió en el TP estrella del corralismo “justiciero”.
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Y precisamente porque existe ese paralelismo entre el duartismo y el corralismo, nada más que éstos últimos inmersos en la hipocresía y los primeros en el cinismo, es que la diputada federal electa del PAN, Rocío González, no se calló ante los baños de pureza que se dan los pocos funcionarios afines a su todavía jefe Javier Corral, al asegurar que son “cretinos” quienes suponen que volverá el duartismo a través de la gobernadora electa Maru Campos, pues según la próxima legisladora federal por el Distrito 6, el duartismo nunca se fue y se quedó a chambear en las Secretarías de Hacienda y Desarrollo Social durante todo el quinquenio de Javier Corral. Así que para la cuña apriete tiene que ser del mismo palo.
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Quien sigue haciendo la talacha y adelantándose a cualquier imprevisto que le pueda surgir en el camino es Alex Domínguez, el dirigente del PRI Estatal, el cual no ha dejado de codearse con los principales liderazgos que le quedan al partido tricolor en su afán de permanecer como jefe del priismo de Chihuahua y evitar que el diputado Omar Bazán regrese a destruir lo que le faltó. Es así que Alex se reunió a mitad de semana con el alcalde electo de Ojinaga, Andrés Ramos, priista en el que se aglomeraron incluso los panistas que vieron en el todavía presidente municipal de esa frontera, Martín Sánchez, un oportunista que secuestró al PAN ojinaguense y pretendía dejarle la silla a su hermano, será por eso que hasta los azules de cepa de la Perla del Desierto optaron por Andrés, pues Martín y su carnal hasta la espalda le dieron en su momento a la hoy Gobernadora electa, y es ahí donde a los hermanos Sánchez les fallaron los cálculos.
Source: Columna