La respuesta a AMLO-Reunión de análisis-LeBarón y Monreal

“Esto último de los asesinatos de los sacerdotes en Chihuahua merece una explicación de las autoridades locales a fondo. ¿Por qué?, ¿cuál era su estatus? Tendría que haber contubernio con autoridades”, ni más ni menos, esas fueron las palabras de Andrés Manuel López Obrador en su ‘mañanera’ que tanto le ha servido para jugarle al Poncio Pilato y lavarse las manos de todos y cada uno de los asuntos escabrosos que puedan afectarle su popularidad, lo único que realmente le importa al tabasqueño. Y lo cierto es que esa pregunta debería hacérsela a su amigo Javier Corral, el ex(des)gobernador con el que se reunió hace apenas unos días en Palacio Nacional, pues fue él, el “impoluto” don Javier, quien jamás lanzó un operativo de búsqueda contra “El Chueco”, líder criminal que opera en la región de Urique y responsable del asesinato de los sacerdotes, a pesar de que desde 2018, tres años antes de que Corral dejara la gubernatura, “El Chueco” tenía una orden de aprehensión en su contra por desaparecer y asesinar a un turista estadounidense. Nada paso por parte de la Fiscalía de Corral y César Peniche, y tuvo que ser hasta abril de este año, cuando la Marina y el Gobierno del Estado, ya encabezado por Maru Campos, lanzaron un operativo a finales de abril para cazarlo, infructuoso por supuesto, pero al menos se intentó a seis meses de llegar un nuevo gobierno a Chihuahua, pues durante los tres años que le restaban a Corral y “El Chueco” traía orden de aprehensión, ni don Javier ni Peniche movieron un dedo para capturarlo.

Así que López Obrador debería preguntarle a su compa Corral, con quien se reconcilió cuando ambos pactaron hacer hasta lo imposible para que el súper delegado Juan Carlos Loera, excandidato de Morena, se quedara con la gubernatura en detrimento de la hoy gobernadora Maru Campos, porque precisamente esa es la historia, Corral utilizaba la FGE no para procurar justicia, sino para perseguir a sus enemigos políticos, como fue el caso de la actual Gobernadora.

Es más, esa pregunta a López Obrador ya se la contestó el exgobernador César Duarte, quien en una carta dio santo y seña de cómo, según él, Javier Corral protegió al grupo delincuencial al que pertence el mentado “Chueco”.

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Ya que andamos con la tragedia ocurrida en Cerocahui, que precisamente abrió el debate anterior y en el que de manera lamentable, la violencia alcanzó a dos sacerdotes y a un guía de turistas, será el próximo jueves 7 de julio cuando la gobernadora Maru Campos se reúna con representantes de la Compañía de Jesús y de la Diócesis de la Tarahumara, con el propósito de revisar avances y estrategias para brindar una mejor seguridad en la región, luego del caos suscitado por el atroz crimen que perpetró “El Chueco” en contra de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora, así como contra el guía de turistas Pedro Palma.

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Si de violencia e inseguridad se trata, un personaje que se volvió activista desde que lamentablemente su familia también fue víctima del crimen organizado, hablamos de Adrián LeBarón, fue visto ni más ni menos que con el senador Ricardo Monreal, el morenista que quiere ser Presidente de México pero que no cuenta con la simpatía del líder de la secta morena, sin embargo, tal parece que el zacatecano está levantando adeptos en donde Morena no los tiene, como es el caso de Adrián LeBarón, quien delante de Monreal le dijo lo mal que lo ha hecho la 4T respecto a la inseguridad, pero que también delante de él, afirmó que con su ayuda todo podría cambiar. Así que entre “corcholatas” que AMLO desprecia, hay otros que las destapan.

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En donde están un tanto decepcionados y hasta sacados de onda, es en lo que respecta a la vacunación contra COVID-19 en niños de 9 a 11 años de edad, cuya aplicación inició desde ayer aquí en Chihuahua capital, pues los más enterados nos dicen que la respuesta ha sido pobre por parte de los padres de familia, quienes en su mayoría han decidido no llevar a sus hijos que están en ese rango de edad a vacunar, esto a pesar de tanta molestia que en su momento ocasionó que el gobierno federal pateara el bote en lo que a vacunar niños se refiere. Sin embargo, los organizadores prevén que con eso de que los mexicanos dejan todo para el final, sea el viernes cuando se obtenga mejor respuesta por parte de padres de familia, pues aunque los niños tienden a no presentar síntomas por COVID-19, eso no sígnica que no contraigan el virus, razón por la que la vacunación debería ser casi casi obligatoria.


Source: Columna