Muerte anunciada-Vileza pura-Vuelta a la realidad

Ya son múltiples las tragedias que envuelven la mal llamada “Operación Justicia para Chihuahua” que emprendió Javier Corral cuando se aprovechó de su poder como gobernador para arremeter contra sus enemigos políticos, que si bien las corruptelas ahí estaban a la vista de todos, lo cierto es que Corral Jurado sólo aplicó esa “justicia” contra quienes así dispuso, y no así contra otros personajes que traían muchísima cola que les pisaran y siguieron libres, sacándose el velo duartista y poniéndose el corralista, incluso ayudando al vengativo Javier Corral a lograr su cometido. Así que el suicidio de Antonio Tarín vuelve a opacar esa supuesta “lucha anticorrupción” durante el quinquenio corralista, en donde si bien se demostraron desvíos millonarios, también quedó demostrada la vileza y mezquindad de Corral Jurado y la muerte de Tarín, quien padecía una fuerte depresión, es una más de las que rodean a esas persecuciones política envueltas en supuesta justicia.

Los más enterados nos dicen que Tarín sufría depresión desde que prácticamente fue detenido y encarcelado en el CERESO de Aquiles Serdán, y aunque su liberación con brazalete de por medio en diciembre del 2021 le aligeró un poco la carga, lo cierto es que la depresión no es algo que se “cure” como si nada, aunado a que tenía serios problemas económicos y el hecho de ya no poder costear los 7 mil pesos mensuales que significaba portar el brazalete, además de traer a cuestas una decena de proceso penales y tener que declarar en lo que será el juicio oral contra el exgobernador César Duarte, formaron la tormenta perfecta para que decidiera terminar con su vida.

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Y aunque se la pasa opinando hasta de lo que no le incumbe y siempre mete los bigotes donde no lo llaman, el que guardó silencio respecto al suicidio de Antonio Tarín es el exgobernador Javier Corral, a quien a diferencia de otras situaciones en las que opina y se entromete aunque no lo llamen, en esta ocasión fue el silencio el que predominó en las redes sociales de Corral Jurado, el cual ya debe traer varias muertes en su conciencia, claro, si es que la tiene.

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El que ve la tempestad y no se hinca, por más que acaban hasta de pasar los días santos, es el “súper” delegado Juan Carlos Loera, quien a pesar de sus problemas de salud, pues otra vez fue intervenido quirúrgicamente de esos problemas de columna que nomás no lo sueltan, él no suelta su mezquindad y rencor, tan es así que a pesar de estar convaleciente, volvió a tirarle al alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, al que acusa de ser el responsable de la tragedia que dejó 40 migrantes muertos en el centro del Instituto Nacional de Migración, ya que a decir de Loera, el Presidente Municipal juarense ordenó “redadas” que culminaron en la tragedia, además de calificarlo de “racista”, vaya, a don Juan Carlos le apura mucho ser el próximo alcalde de Juárez, tanto, que su ambición no lo deja en paz y sigue buscando culpables a pesar de verse a diario en el espejo.

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Después de unos días santos bastante accidentados, en donde se registraron varios percances que dejaron personas fallecidas, volcaduras y mucho trabajo para los elementos de la Coordinación Estatal de Protección Civil, hoy las oficinas gubernamentales volverán a la normalidad y la burocracia volverá a la realidad, además de que también se normalizarán las actividades en la Torre Legislativa y el Poder Judicial. Por cierto que quien aprovechó el break santo para viajar en el Chepé, el tren que va desde Chihuahua capital a Los Mochis, Sinaloa, fue el alcalde Marco Bonilla, que junto a su familia disfrutó de las maravillas de la Sierra Tarahumara, pero como todos los servidores públicos, hoy se incorporará a sus labores como Presidente Municipal de la capital chihuahuense.


Source: Columna