Una vez más el nombre de Kanye West se ve inmerso en un escándalo. Esta vez el esposo de Kim Kardashian ha sido denunciado por el músico húngaro Gabor Presser quien lo acusa de haber utilizado una porción de una de sus canciones sin su permiso. En la demanda, que fue presentada en el tribunal federal en Manhattan, el húngaro pide unos 2,2 millones de euros por haber infringido sus derechos de autor.
Según el documento presentado el viernes por la noche a las autoridades estadounidenses Presser asegura que un tercio del tema New Slaves, que la estrella de hip-hop publicó en su álbum Yeezus en 2013, es una copia no autorizada de Gyöngyhajú Lany, una canción de 1969 que él escribió cuando estaba en la banda de Omega. Presser asegura que el tema que en inglés se traduciría como Pearls in Her Hair es “una de las más queridas en Hungría y en la Europa del Este”.
Los abogados de West y de la casa de discos Sony todavía no han realizado ninguna declaración al respecto. El músico húngaro además ha detallado que él no se había enterado de que el tema iba a ser usado por el rapero hasta que uno de los abogados de West le envió un correo electrónico indicando que West “quería llegar a un acuerdo lo antes posible” y le daba un plazo de 24 horas para responder, sin embargo el tema ya se había lanzado al mercado.
Según ha detallado Presser, después de aquel email, los representantes legales del intérprete de Gold Digger le enviaron un cheque por unos 9.000 euros y le insistieron en que les concediera la licencia. Sin embargo, él nunca cobró el cheque. “Kanye West consciente e intencionadamente se apropió indebidamente de la canción”, especifica el documento. “Después de que el robo fuera descubierto, el acusado se negó a llegar a un acuerdo con el demandante”, señala.
El polémico rapero no es el primer músico en haber sido acusado de plagio. En noviembre del año pasado el músico Jesse Graham le exigía a Taylor Swift unos 38 millones de euros pues alegaba que la cantante, de 25 años, le había copiado algunas estrofas de su tema Haters Gone Hate en el éxito Shake it off.
Otra que tuvo que enfrentarse a una acusación de plagio fue Lady Gaga. El pasado enero la artista multimedia francesa Orlan aseguró que la intérprete de Bad Romance había opiado su universo artístico. “No puedo aceptar que Lady Gaga se apropie indebidamente de años de esfuerzo e incluso de mi imagen identitaria, sin ni siquiera reconocerlo. Mis abogados tienen muchas preguntas para el equipo creativo de Lady Gaga”, dijo la francesa que le pedía una indemnización por casi 29 millones de euros.
Y en marzo de 2015 un tribunal federal de Los Ángeles condenó al cantante Robin Thicke y al productor Pharrell Williams a pagar 7,4 millones de dólares a los hijos de Marvin Gaye por plagio. El jurado consideró que la canción Blurred Lines, uno de los mayores éxitos musicales de 2013, era una copia del éxito Got to give it up, grabado por la leyenda del soul en 1977.
Información de Vanguardia