El diario La Opinión publicó que en esta ocasión no fue Oscar de la Renta sino el mexicano Alejandro Carlín el diseñador que eligió Angélica Rivera para lucirse en un evento histórico.
Aún siendo una creación mexicana, los mexicanos están echando chispas por el precio del vestido que usó la primera dama para celebrar “El Grito” de la independencia mexicana la noche del martes.
La molestía no se debe a que éste fue en color marfil y no un vibrante color típico, ni por la X del diseño frontal que recordaba a un programa de televisión (“The X Factor”) o la señal universal de desaprobación, es más ni importó la falta de emblemas nacionales como el nopal o una águila.
El problema aquí recae en el alto precio del atuendo en corte imperio cuyo costo estimado está entre 4 mil y 6 mil dólares o 100 mil pesos.
Aunque el año pasado se gastó ocho mil dólares para su atuendo y también fue altamente criticado, y este costó menos, muchos no lo consideran lo suficientemente austero para representar el mal estado de la economía mexicana, que cada día pierde más terreno contra el dólar.
Sus compatriotas aseguran que ese dinero hubiera sido mejor gastado en becas estudiantiles o en causas benéficas y no por una razón banal. Y teniendo en cuenta que el salario mínimo en México es de 70 pesos, o 4,20 dólares al día, tienen un punto válido.
A decir verdad, Angélica Rivera es tan bonita que con un rebozo o un vestido bien elaborado y sencillo hubiera lucido impecable y elegante, como lo hizo su antecesora Margarita Zavala. Pero quizás eso sería mucho pedir para alguien que está acostumbrada a lucir diseños de alta costura y costo, como lo ha hecho desde que se casó con el dignatario mexicano y no desde antes. En sus años como actriz, nunca se destacó por su fino gusto al vestir.
El politólogo Dr. Mario Almanza destaca que estos detalles arraigan mas el sentimiento de inconformidad del pueblo mexicano hacia el actual gobierno de ese país, lo que reduce la aprobación en las encuestas nacionales.