Washington. Más de dos millones de funcionarios de Estados Unidos tienen de plazo hasta la medianoche para dimitir con ocho meses de sueldo como indemnización o arriesgarse a ser despedidos en el acto, según un plan del millonario Elon Musk para reducir la administración pública.
Musk, el hombre más rico del mundo y uno de los principales donantes de la campaña electoral del presidente Donald Trump, está a cargo de un Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) que se propone meter tijera a las agencias federales.
Según los medios de comunicación estadunidenses, una pequeña parte de los funcionarios, en torno a 40 mil, han aceptado por ahora la propuesta de renuncia.
La iniciativa ha consternado a los funcionarios, que se enfrentan a diario a los ataques verbales del equipo de Trump desde que el republicano de 78 años regresó a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.
Los sindicatos y los demócratas dudan que sea legal despedir a los funcionarios.
Un juez federal en Massachusetts tiene prevista una audiencia el jueves sobre una demanda de los sindicatos que solicitan una medida cautelar contra el plazo de medianoche dado por Musk.
Estos sindicatos representan a unos 800 mil funcionarios.
La iniciativa del jefe de SpaceX, Tesla y la red social X ha sacudido, como un terremoto, las agencias que durante décadas han gestionado la principal economía mundial, desde la educación hasta la inteligencia nacional.
USAID, la agencia gubernamental para la distribución de ayuda en todo el mundo, ha quedado paralizada. Se ordenó al personal quedarse en casa. La Casa Blanca y los medios de comunicación de derecha la acusan de despilfarro.
Trump también quiere cerrar el Departamento de Educación y colaboradores de Musk han generado un gran revuelo al intentar acceder a un sistema de pagos del Departamento del Tesoro fuertemente custodiado.
Los incentivos para dimitir se han extendido incluso a la CIA.
Según un informe del New York Times, la agencia envió a la Casa Blanca una lista de los oficiales de menor rango, y más fáciles de despedir.
Según el Times, en la lista se han incluido sus nombres e iniciales de sus apellidos, pero se envió a través de un correo electrónico no clasificado, lo que hace temer que adversarios extranjeros tengan acceso a sus identidades.
La onda expansiva del terremoto administrativo parece imparable: un funcionario de la agencia que gestiona las propiedades del gobierno defendió que la cartera inmobiliaria, exceptuando los edificios del departamento de Defensa, se reduzca en «al menos un 50 por ciento».
«Lacayos» de Musk
Los empleados que consideren la oferta se exponen a la incertidumbre, entre otras cosas porque se ignora si Trump tiene el derecho legal de hacer la propuesta y si cumplirá las condiciones.
El plan se anunció por primera vez en un correo electrónico enviado a la mayor parte de la administración titulado «Bifurcación en el camino», el mismo que Musk envió a todos los empleados de Twitter cuando compró la plataforma de medios en 2022 y la rebautizó como X.
Musk dice que las dimisiones son una oportunidad para «tomar vacaciones» o «simplemente ver películas» y relajarse.
Pero los sindicatos advierten que sin la firma del Congreso sobre el uso del dinero presupuestado federalmente, los acuerdos pueden carecer de valor.
«Los empleados federales no deben dejarse engañar por la palabrería de multimillonarios no electos y sus lacayos», advirtió Everett Kelley, presidente de la Federación Estadunidense de Empleados del Gobierno (AFGE), en un ataque a Musk.
«A pesar de las afirmaciones en sentido contrario, este plan de dimisión diferida carece de financiación, es ilegal y no ofrece garantías. No nos quedaremos de brazos cruzados y dejaremos que nuestros miembros se conviertan en víctimas de esta estafa», añadió.
La demanda de Massachusetts también pone en duda, por motivos éticos, que los trabajadores puedan buscar otros empleos durante los ocho meses.
Un empleado de la Oficina de Administración de Personal de Estados Unidos, donde Musk ha puesto a su equipo en puestos clave, declaró que el plan era fomentar las renuncias a través del «pánico».
«No es que estemos persiguiendo una medida ordenada para reducir el tamaño del gobierno», afirmó a la AFP.
«Estamos tratando de infundir pánico para que la gente simplemente salga por la puerta y deje al gobierno en un estado paralizado, que es en parte su objetivo», añadió la fuente, que pidió mantener el anonimato.
Source: Mundo