Cristopher Márquez, fue asesinado el 14 de mayo por cinco adolescentes, de 15, 13 y 12 años, entre ellos “primos”. El 8 de junio, Janet Aracely Rodríguez Jurado, de 23 años, asesinó a su pareja y a su bebé de un año y medio, al pequeño lo colgó del tuvo del closet, para luego ella también hacer lo mismo; el último ocurrió ayer, donde Daisy y Cinthia de 13 y 8 años de edad, fueron asesinadas por el padrastro, quien declaró ante la Fiscalía que mató a las niñas por odio, además de aceptar que llevaba 12 horas consumiendo cocaína.
Estos cinco crimenes han consternado a la sociedad en las últimas semanas. Autoridades del Estado y Municipio, han reconocido que es parte de la desintegración del tejido social, por ello han impulsado un programa en el que el DIF Estatal, que encabeza Bertha Gómez, apoyada por el Municipio y dependencias federales, acuden hasta las colonias más vulnerables.
Este miércoles, el gobernador César Duarte habló del caso de Daisy y Cinthia, como el claro ejemplo de la descomposición social que aún hay y que todavía falta mucho por hacer. Por otro lado, Javier Garfio, presidente capitalino, recordó el asesinato de Cristopher, en donde dijo que tras esta triste noticia, abrió los ojos a los gobiernos para actuar.
De acuerdo con datos periodísticos de las últimas fechas, el crimen de Cristopher ocurrido en la colonia Laderas de San Guillermo, tres de los menores tenían parentezco con el pequeño que curzaba la última etapa de preescolar.
Luego, el impacto que dejó la noticia del bebé que fue asesinado por su propia madre, pareciendo un suicidio colectivo. Según investigaciones se publicó que la pareja tenía problemas de drogas a demás que el niño pudo ser abusado sexualmente por el padre, justificación que al parecer la mujer dejó antes de morir.
La noticia que ayer y hoy mostró aún más indignación, fue la del doble crimen de las niñas en la colonia Álvaro Obregón de Ciudad Juárez. Said Aaron Salomón Ibarra, padrastro de las menores fue detenido con rasguños en la cara, declaró que mató a Daisy, la mayor, porque la jovencita se oponía a la relación que su madre sostenía con él.
Según su confesión ante los medios de comunicación, el crimen ocurrió el lunes 15 de junio, cuando aprovechó que la mamá de las niñas estaba con él en su casa y dijo que saldría a comprar cocaína. En ese momento aprovechó para irrumpir en el domicilio de las niñas, ubicado en la colonia Álvaro Obregón, en donde ahorcó a Daisy, pero como Cinthia de 8 años vio todo, también optó por asesinarla.
Luego de asfixiarlas les clavó un cuchillo en el cuello, con la finalidad de verificar que no quedaran vivas, por lo que regresó con la madre de las menores, en donde dijo que los rasguños se los había hecho el vendedor de drogas al que le compró la coca.
La madre, al regresar a su casa la mañana de ayer martes, encontró los cadáveres de sus hijas y fue cuando dio parte a las autoridades, mientras que las investigaciones apuntaron directamente al hoy detenido, quien será procesado por el homicidio de ambas niñas. Asimismo, el sujeto confesó que tenía 12 horas consecutivas drogándose con cocaína cuando cometió el doble crimen, mientras que sus vecinos lo conocían por ser “cristiano”.