La lactancia materna no sólo protege la salud y el desarrollo del bebé, también ayuda a las madres a reducir el riesgo de padecer una hemorragia obstétrica o cáncer de mama y de ovario, así como la osteoporosis.
Amamantar ayuda al cuerpo de la madre con el proceso de recuperación, reduce la cantidad de sangrado, evita las hemorragias post-parto y la anemia, además contribuye a la contracción del útero lo que ayuda a que en menor tiempo recupere su tamaño normal.
La fabricación de leche quema hasta 500 calorías diarias, así que las madres que amamantan consiguen perder el peso del embarazo más rápido, esto es más efectivo si el periodo de lactancia se realiza por un tiempo extendido.
También tiene un efecto calmante y puede ser un mecanismo que facilite la transición a la vida con un nuevo bebé, cada vez que una madre amamanta, consigue un incremento en la hormona de oxitocina, que puede tener un efecto anti ansiedad y ayudar a promover el vínculo con el nuevo bebé.
La doctora Leticia Ruiz González, coordinadora estatal de Salud Materna y Perinatal de la Secretaría de Salud, comentó que “al dar pecho” se reduce el riesgo de padecer cáncer de mama ya que la glándula mamaria logra su madurez celular y por lo tanto la incidencia es menor, también funciona como método para prevenir el cáncer de ovario y se tiene un menor riesgo de padecer osteoporosis después de la menopausia con una reducción de fracturas de cadera en edad avanzada.
A pesar de todos los beneficios el número de mujeres que amamantan a sus hijos es cada vez menor, por causas como el ritmo de vida laboral, así como la falta de producción de leche.
Sin embargo existen varias recomendaciones que ayudan a incrementar la producción de leche materna como es evitar el uso de ropa ajustada, proporcionar masaje a la glándula mamaria en forma de manecilla de reloj, ingerir de 4-5 litros de agua durante el día, no líquidos endulzados ni atoles, pero sobre todo estimular la glándula mamaria con la boca del bebé.
En cuanto a las mujeres que trabajan se recomienda que se “ordeñen” y la leche la guarden en recipientes específicos para ello en la primera rejilla del refrigerador, sin que se relacione con otros alimentos en dicho sitio para evitar contaminación. Antes de su uso se tibia en baño maría y la leche que sobre no podrá regresarse al refrigerador.
La Secretaría de Salud recomienda a las madres en etapa de lactancia seguir estas recomendaciones para aprovechar todos los beneficios que esto conlleva.