Los conflictos bélicos son una de las mayores preocupaciones de la humanidad durante las últimas décadas. El potencial devastador de las armas actuales hace que sea imposible tomar a la ligera un enfrentamiento que involucre armas de destrucción masiva, sin importar en que región del mundo ocurra. Sin embargo, ¿cómo saber el próximo lugar en el globo en el que se desatará el próximo gran enfrentamiento? Más aún: ¿Cómo saber que decisiones tomarán las partes involucradas?
El Arte de la Guerra Futura (AOFW, por sus siglas en inglés) es un proyecto patrocinado por del Centro de Seguridad Internacional Brent Scowcroft del Consejo Atlántico. A pesar de que por su nombre dé la impresión de que se trate de un homenaje a la obra más famosa de Sun Tzu, en realidad tiene poco de filosófico y sí mucho de especulación. No obstante, en ello radica su mayor atractivo.
La idea es mucho más sencilla de lo que podría sugerir. Se trata de una iniciativa basada en la idea de que escritores, artistas y diseñadores de juegos tienen mucho que ofrecer a expertos en políticas. Así que, tomando en cuenta las capacidades imaginativas de los involucrados, el Consejo Atlántico lanzó este esfuerzo de un año para involucrar a creativos con una serie de desafíos sobre el futuro de la guerra. De esta manera, el planteamiento basado en el proyecto de ficción busca enfocarse profundamente en la imaginación para mirar hacia adelante y con ello preparar estratégicamente el futuro, publicó el sitio io9.
August Cole, director de AOFW, cree que las artes creativas son esenciales para el pensamiento militar y político. “El pensamiento imaginativo y de expresión no convencional pueden contribuir de manera significativa al estudio y la conducta profesional de la diplomacia, la política de defensa y las operaciones militares”, dice.
Cole señala obras como “Juramento de los Horacios” de Jacques-Louis David, Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque, el “Guernica” de Picaso y Apocalypse Now de Coppola como ejemplos de arte lidiando con e informando temas marciales. Así mismo, a Starship Troopers de Robert A. Heinlein, La guerra interminable de Joe Haldeman y la película para televisión The Day After, entre otros ejemplos, como obras que traen una gran imaginación creadora y el proceso para influir en el futuro del conflicto.
AOFW no es única en este iniciativas. De hecho, varios laboratorios de ideas están tomando un rumbo futurista con miras a temas importantes a futuro, incluyendo el proyecto Future of War de la New America Foundation. Sin embargo, el enfoque basado en la ficción del Consejo del Atlántico se adentra profundamente en la imaginación para mirar hacia adelante.
Experimentar cómo piensan los creativos -tanto como ellos piensan- puede desmitificar el proceso creativo de la comunidad de seguridad nacional. “Escritores, ilustradores y los cineastas valoran el proceso tanto como el contenido”, dice Cole. “Son muy metódicos al producir su trabajo.”
Cole quiere unir a las comunidades artística y militar para obtener de los primeros nuevas perspectivas de personas que no conocen las “reglas”. Y, por otro lado, quiere que los militares profesionales y políticos se involucren en imaginar futuros escenarios de guerra.
Los retos a los que son sometidos los participantes ofrecen “señales creativas” para ellos mismos. Sin embargo, Cole añade que “hay un riesgo con la oferta de señales o indicios. Ellos pueden sesgar los resultados”. Debido a que el peligro de pasar de la ficción a imaginar el futuro no radica en que las ideas sean demasiado “salvajes”, sino que no sean lo suficientemente salvajes.
Expertos como Adam Elkus señalan el peligro del “presentismo”: “la proyección de los supuestos del presente hacia el futuro de una forma lineal”. De igual manera, dice que los “escenarios creativos no son la misma cosa que los escenarios probables de defensa.”
Así, un ejemplo de esto puede ser un avance tecnológico repentino que pudiera tener lugar dentro de los próximos 80 años, lo cual daría a la humanidad la posibilidad de avanzar a pasos agigantados en materia de vuelos espaciales. Sin embargo, una expansión restringida sólo al Sistema Solar, ocasionada por nuestros recursos limitados, podría ser lo más probable.
Cole, por su parte, hace hincapié en la dimensión humana. La tecnología del futuro es siempre fascinante pero son los seres humanos que viven allí los que impulsan las historias y las historias que vienen.
Elkus dice que estos juegos “tienen el poder, si son tomados seriamente, de movernos y forzarnos a reexaminar nuestras creencias”. Por otro lado, juegos e historias e imágenes estáticas y en movimiento, todas, nos sacan de nuestro gris y turbado presente para cambiarlo por nuevas esperanzas y miedos y una visión más amplia de la humanidad.
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