El verano es una temporada esperada por muchas personas debido al clima, las vacaciones escolares y la oportunidad de descansar, la convivencia familiar, la recreación o viajar. Sin embargo, también puede representar un periodo de altos gastos que afecte la estabilidad económica del hogar si no se planifica adecuadamente ese gasto.
Es por ello que la Universidad Autónoma de Chihuahua te brinda consejos que pueden contribuir a tomar buenas decisiones y disfrutar de la temporada sin renunciar al descanso y al entretenimiento.
El Mtro. Efraín Torralba Chávez, docente de la Facultad de Contaduría y Administración, dijo que
con un poco de organización, conciencia y creatividad, es posible disfrutar del verano sin comprometer la economía familiar. Ahorrar durante el verano no significa dejar de disfrutar, sino hacerlo de forma consciente y organizada.
Establecer un presupuesto familiar: Antes de planear cualquier salida, es indispensable definir cuánto se puede gastar. Un presupuesto evita gastos impulsivos y permite asignar recursos a lo realmente importante. Este debe incluir gastos previstos en actividades, vacaciones, servicios públicos, alimentación y posibles emergencias, sin olvidarse de las obligaciones de pagos que ya se tienen. Tener un control financiero anticipado permite tomar decisiones más inteligentes y evitar endeudamientos innecesarios.
Elegir destinos: Los viajes de último momento que no son planeados con anticipación a destinos lejanos dentro o fuera del país suelen ser costosos dentro del periodo de temporada alta. Por ello, optar por lugares no tan retirados o de fácil acceso por carretera permite ahorrar en boletos de avión y documentación, que además puede significar un ahorro importante en transporte y alojamiento. También es buena idea considerar opciones como turismo rural, ecoturismo o visitas a familiares en lugar de destinos comerciales costosos.
Reservar con anticipación: Es recomendable confirmar las reservaciones de aquellos servicios como vuelos, renta de autos, hospedaje, tours, etc. para no llevarse sorpresas y, sobre todo, asegurarse de que sean confiables para evitar fraudes.
Aprovechar promociones y cupones: Sitios como Booking, Despegar o Atrápalo ofrecen descuentos temporales. Además, bancos y tarjetas suelen tener beneficios para viajeros, siempre y cuando el uso de las tarjetas de crédito sea consciente.
Considerar alojamientos alternativos: Hospedajes como hostales, cabañas familiares, casas compartidas o Airbnb suelen ser más económicos que los hoteles tradicionales y ofrecen cocina para ahorrar en comida.
Cocinar en lugar de comer fuera: Es común que en el periodo vacacional se acuda con mayor frecuencia a comer en restaurantes, esto puede duplicar el gasto diario. Preparar alimentos involucrando a la familia en la preparación, ya sea en casa, en el alojamiento o bien llevar refrigerios preparados, ayuda a controlar el presupuesto.
Usar transporte público o compartir vehículo: En lugar de alquilar autos o pagar taxis, muchas ciudades turísticas ofrecen transporte público eficiente y económico. Viajar en grupo o compartir actividades con otras familias permite dividir gastos como el alojamiento, la comida o el transporte. Esta práctica no solo reduce costos, sino que promueve la convivencia social.
Planificar un itinerario flexible: Tener un plan diario evita gastos innecesarios. Las actividades improvisadas suelen ser más costosas o innecesarias.
Priorizar experiencias gratuitas o de bajo costo: Museos con entrada libre, playas públicas, caminatas, ferias locales o eventos culturales son opciones recreativas accesibles. En lugar de tours costosos, actividades como juegos de playa, pícnics o visitas a parques promueven el vínculo familiar sin altos gastos.
Involucrar a toda la familia en la planificación: Hacer partícipes a los hijos o pareja permite tomar decisiones más equilibradas y evita gastos por caprichos o falta de consenso.
Limitar las compras de souvenirs: Fijar una cantidad destinada a recuerdos ayuda a no gastar en objetos innecesarios. Los productos artesanales locales pueden ser opciones más económicas y significativas.
Evitar el uso de tarjetas de crédito sin control: Aunque ofrecen comodidad, las tarjetas de crédito deben usarse con responsabilidad para evitar intereses altos posteriores. Tener una cantidad fija en efectivo para cada día ayuda a no exceder el presupuesto diario.
Aprovechar los descuentos para estudiante o adulto mayor: Muchos sitios turísticos ofrecen tarifas preferenciales. Llevar identificaciones vigentes es clave para aprovecharlas.
Revisar las condiciones de cancelación: Antes de reservar, verificar si hay penalizaciones por cambios o cancelaciones puede evitar pérdidas si surge un imprevisto.
Cuidar la salud durante el viaje: Enfermarse puede significar gastos inesperados. Llevar botiquín básico, usar protector solar y mantenerse hidratado es clave.
Reutilizar lo que ya se tiene: No es necesario comprar ropa o artículos nuevos para cada viaje. Usar lo que ya se tiene en casa reduce el gasto previo.
De acuerdo al Maestro universitario, a través de estos consejos, se busca fomentar una cultura del ahorro consciente que permita a las familias disfrutar del verano sin comprometer su estabilidad financiera. La clave está en equilibrar el descanso y la diversión con la responsabilidad económica, lo que sin duda mejora significativamente la calidad de las vacaciones.
Source: Local