Pese a que la propia Comisión Estatal de Derechos Humanos señalara que la mayoría de las quejas interpuestas por indígenas son por violencia familiar y que el mismo Instituto de la Mujer (Ichmujer) haya implementado talleres para fomentar la perspectiva de género ante graves casos de agresiones contra mujeres, el fiscal general del Estado, Jorge González Nicolás aseguró que este tipo de agresiones no se dan con frecuencia en esta región.
Al ser cuestionado por la falta de presencia de la Fiscalía Especializada en Delitos contra las Mujeres (FEM), González Nicolás indicó que por el momento no se tiene la capacidad para llevar extensiones a todo el estado, empero, se cuenta con una plena coordinación entre esta Fiscalía y los Ministerios Públicos para atender cualquier caso.
Además, el fiscal señaló que la mayor cantidad de problemas se concentran en Chihuahua, Juárez Parral y Cuauhtémoc, donde la FEM sí cuenta con oficinas para recibir todas las denuncias por agresiones y violencia; “los problemas contra la mujer están aquí principalmente, no en la sierra”, sentenció.
Añadió que la FEM fue creada, precisamente, para la atención de delitos contra las mujeres a través de personal especializado en perspectiva de género, con lo cual se ha logrado la reducción de feminicidios y la recuperación de hasta el 99 por ciento de las niñas, adolescentes y mujeres desaparecidas o privadas de la libertad.
Sin embargo, desde el 2013, las mujer rarámuri en la Sierra Tarahumara se organizaron para combatir la violencia de género; el medio nacional Excélsior recopiló en su momento diversos casos registrados en dicha región, los cuales revelaron que las agresiones contra las mujeres se daban en número similar a la que se da en las grandes ciudades como Chihuahua y la frontera en Juárez.
Asimismo, el Ichmujer advirtió que las formas de violencia eran muy distintas en cuanto a intensidad, ya que se reportaban casos de madres de familia atadas a árboles como animales o lesionadoas con hachas, en ataques casi siempre guiados por el alcohol, lo que motivó a fortalecer las acciones para abatir estos delitos.
De acuerdo con un diagnóstico realizado por el Ichmujer, de enero a octubre de 2015, se atendió a un total de 245 mujeres en los Centros de Atención a la Violencia contra las Mujeres y Centro de Desarrollo para las Mujeres ubicados en las comunidades de Guachochi, Creel, Madera y Carichí. De ellas, el 21.6 por ciento se identificó como víctimas de violencia.
En los datos del Ichmujer recabados durante ese periodo también se detalla que el 25% de las mujeres en unión libre son amenazadas con golpes, el 17% es golpeada, el 25% insultada continuamente y el 35.4% recibe empujones, jaloneos y maltratos físicos.
Las mujeres divorciadas o separadas afirman en el 50% de los casos que fueron golpeadas e insultadas. Destaca el hecho de que los porcentajes en zonas rurales y urbanas al final resultan muy similares, con un 35.6% en la zona urbana y un 33.7% en la zona rural.
Por otra parte, el 12.6 por ciento comenta que es normal que sus familiares las acaricien o tengan relaciones sexuales con ellas, sin emabrgo, el 23.8% de las madres no hace nada al respecto mientras que el 21.1% si lo denuncia pero en la familia y el 53.1% lo denuncia ante las autoridades.