Mujer quería migrar a EEUU pero fue engañada y obligada a prostituirse en la frontera de México con Guatemala

Noticias de Chihuahua.-

Alcanzar el tan anhelado “Sueño Americano” supone para miles de migrantes un inminente riesgo que atenta no solo en contra de su propia vida sino también de su dignidad. Y es que, si bien salir de sus países de origen les abre la puerta a alcanzar una mejor calidad de vida, en su tránsito irregular por distintos territorios las personas en movilidad pueden ser víctimas de múltiples delitos.

Desde robos y secuestros y hasta reclutamiento para formar parte del crimen organizado son algunos de los actos ilícitos que migrantes enfrentan en su camino a Estados Unidos, no obstante, en el caso de mujeres los delitos de carácter sexual figuran como una constante.

Un claro ejemplo de ello es la historia de Valeria, una joven de 21 años originaria de Guatemala que buscó llegar a Estados Unidos para trabajar y poder darle una mejor calidad de vida a su hijo, no obstante, fue víctima de un “coyote” que no solo lucró con su necesidad de salir de su país sino que incluso la hizo parte de una red de trata de personas.

De acuerdo con la reconstrucción de los hechos realizada por Cindy Espina para la fundación dedicada al estudio e investigación del crimen organizado, InSight Crime, Valeria -cuya verdadera identidad fue reservada por motivos de seguridad- es una mujer indígena Popti’ que a los 17 años se convirtió en madre.

Originaria de la ciudad San Marcos Huista en Guatemala, la joven adolescente fue abandonada por el padre de su hijo, por lo que crío al pequeño Juan Luis junto a su madre. Ambas trabajaban como limpiadoras domésticas y ganaban alrededor de 50 quetzales al día, lo equivalente a poco más de 100 pesos mexicanos.

Carente de una estabilidad económica y emocional, Valeria anhelaba irse a trabajar a Estados Unidos y, para su fortuna -o tragedia- a su comunidad y zonas aledañas constantemente acudían “coyotes” a ofrecer sus servicios en los que garantizaban un tránsito seguro por México y un ingreso sin inconveniente a Estados Unidos.
Fue así como en la vida de Valeria apareció un popular traficante de personas identificado por el Ministerio de Público de Guatemala como Francisco Román Ramírez, alias “La Ardilla”, así como su asistente Luisa Odilia Ramírez.

Por razones no especificadas, “La Ardilla” ofreció a Valeria en 2021 la oportunidad de llevarla a ella y su hijo de cuatro años a Estados Unidos por tan solo 28 mil quetzales, lo equivalente a USD 3 mil 500. Cabe mencionar que dicha cifra está muy por debajo de lo que en promedio cobran los “coyotes” pues por un servicio así el costo se lleva a elevar hasta los 110 mil quetzales, es decir unos USD 14 mil, según se reporta en la entrega de InSight Crime.

Con una oferta tan tentadora y con el anhelo de alcanzar una mejor calidad de vida, Valeria accedió y el 20 de marzo de 2021 viajó al cruce fronterizo entre México y Guatemala acompañada de su pequeño hijo y Luisa Odilia Ramírez.
A través del pequeño pueblo fronterizo de La Mesilla, Valeria y su hijo cruzaron a Chiapas, donde tan solo 20 minutos después arribaron dos hombres en una motocicleta que los interceptaron y secuestraron al menor.

Entre lágrimas, la joven de 21 años regresó a La Mesilla en donde aún se encontraba Luisa Odilia, quien le indicó que recuperaría a su hijo si seguía las instrucciones. De este modo, la cómplice de “La Ardilla” la llevó a un hotel barato de Huehuetenango en donde comenzó la tortura para Valeria.

En el relato difundido por InSight Crime se detalla que una vez en el hotel, “La Ardilla” se comunicó con la joven de 21 años para indicarle que para recuperar a su hijo tenía que tener relaciones sexuales con los hombres que iban a aparecer en su habitación. Valeria suplicó pero la amenaza fue contundente.
Durante los siguientes días, la joven migrante fue obligada a mantener relaciones sexuales con múltiples hombres que llegaban, además de que fue forzada a tomarse fotografías desnuda así como videos de ella realizando actos sexuales.

Dos días más tarde, Francisco Román Ramírez le indicó que debería cruzar nuevamente la frontera, exactamente al punto en donde fue secuestrado su hijo. No obstante, le ordenó que bebiera un misterioso líquido azul que previamente su cómplice Luisa le había entregado ya que, de no hacerlo, nunca volvería a ver a su hijo y difundiría el contenido digital sexual que tenía de ella.
Valeria perdió el conocimiento después de beber aquel amargo líquido. Lo único que recordó al despertar es que tenía un dolor intenso y moretones en las piernas y brazos que fiscales guatemaltecos calificaron como indicios de abuso sexual.
La joven de 21 años regresó al poblado fronterizo de “La Mesilla” en donde convencida de que le recuperaría a su hijo continuó siendo abusada sexualmente hasta que su hartazgo la hizo salir corriendo para comunicarse con su familia para que la rescataran.

Una vez con su familia las amenazas de “La Ardilla” continuaron hasta que el 31 de marzo Valeria acudió a denunciar su desgarradora experiencia ante las autoridades guatemaltecas.
Los oficiales guatemaltecos contactaron a Ramírez para negociar el rescate del menor y, pese a que “La Ardilla” les confesó los abusos que se habían cometido en contra de la joven de 21 años les advirtió que jamás volverían a ver al niño.

De acuerdo con InSight Crime, fueron cuatro meses los que duró la investigación y, como el pequeño Juan Luis había sido secuestrado en Chiapas, coadyuvaron pesquisas con las autoridades de México para revisar informes sobre niños fallecidos en la zona.

Fue durante ese proceso que apareció una imagen del cuerpo de un niño encontrado en un vertedero de basura de Chiapas, cerca del cruce del poblado de La Mesilla. Las fechas coincidían al igual que las características físicas del pequeño hijo de Valeria, sin embargo, hasta julio de 2022 los fiscales guatemaltecos aún no habían podido obtener el ADN de autoridades mexicanas para comprobar -o descartar- la identidad del menor.
De acuerdo con InSight Crime, Luisa Odilia Ramírez fue detenida el 21 de julio de 2022, aunque más tarde un juez dictaminó que no existían prubas suficientes para relacionarla con la desaparición de Juan Luis en tanto que Francisco Román Ramírez, “La Ardilla”, continúa prófugo de la justicia.


Source: Mundo