Luego de que el Congreso del Estado aprobara el establecer de manera obligatoria el dotar de escoltas al fiscal general Jorge González Nicolás y al director de la Policía Estatal Única, Pablo Ernesto Rocha Acosta, una vez que concluyan su encargo, el propio Rocha Acosta sentenció que esta medida se aplica para proteger a los mandos de corporaciones policiales ya que durante su función pasan callos a muchos delincuentes que pueden tomar represalias.
En este tenor, el director de la PEU aseguró que el hecho de que se les asigne seguridad personal no envía mensajes contradictorios sobre la seguridad en el estado, la cual está garantizada gracias al trabajo que día a día realiza la Fiscalía y la Policía Estatal, las cuales han encabezado numerosas dentenciones, aeguramientos y decomisos al crimen organizado.
Es por esto que, al dejar su función como servidores públicos, se considera la posibilidad de que cuenten con guardaespaldas que los protejan de alguna acción que pudieran tomar los delincuentes que se vieron afectados.
No obstante, el comandante apuntó que todavía se está valorando si se aceptará o no esta medida, ya que, aseguró, el tener escoltas afecta también su vida privada y genera cierta incomodidad y repudio por parte de la sociedad.
“No es un mensaje erróneo, la seguridad en el estado la hemos hecho la policía, nos dedicamos a darle seguridad a la sociedad y al salir de aquí quedamos en cierta forma debilitados por la cuestión que nosotros dejamos el arma, dejamos el trabajo, pero repito, estamos valorando la situación, no se crea que es muy fácil para nosotros tomar un decisión ahorita ya que al traer seguridad se pierde gran parte de su vida personal, se peirde ese pequeño círculo de su familia y el traer escoltas incomoda a muchas personas en a sociedad”.