“No es suficiente llegar y repartir despensas, convencer de las bondades de los proyectos turísticos, cuando para los índigenas estas bondades no existen”, puntualizó el párroco Javier “Pato” Ávila, destacando que por la inexistencia de los beneficios es que las consultas públicas no se realizan.
El párroco Ávila manifestó que se ha vuelto normal que los proyectos turísticos, de comunicación como el aeropuerto de Creel y de desarrollo como el gasoducto, no sean previamente consultados, sino que las transancionales acompañadas de las autoridades llegan e imponen las obras.
Ávila, también activista en pro de los derechos de los índigenas, manifestó que es incongruente que el Estado produzca leyes de protección a los pueblos rarámuris, pero estos no sean respetados y prevalezcan los intereses económicos sobre los derechos ancestrales.
Manifestó que las transnacionales entablan relación con los representantes o las autoridades de los ejidos, más no con la representación de las comunidades indígenas.