En honor a la obra universal que dejó en tierra el destacado chihuahuense Benjamín Domínguez tras su lamentable fallecimiento, el Instituto Chihuahuense de la Cultura ofreció un respetuoso homenaje en compañía de familiares y amigos cercanos del pintor originario de ciudad Jiménez, Chihuahua.
En el Teatro de Cámara se reunió la comunidad artística quienes tuvieron lazo cercano con el maestro Domínguez para recordar la obra plástica que durante los últimos 30 años varias de sus colecciones se integraron a importantes espacios culturales, como referente al arte mexicano tanto en la Ciudad de México como en la capital de Chihuahua.
Durante el homenaje estuvieron presentes la señora Maricela Badillo, viuda del pintor chihuahuense, el maestro José Pedro Gaytan y el director del Instituto Chihuahuense de la Cultura, Mtro. Sergio Reaza, quien señaló que dicho homenaje se realizó para destacar la trascendencia del legado vivo del maestro Domínguez.
“La cerrera de Benjamín Domínguez es un ejemplo, su vida y su obra fue una antorcha para su familia y amigos. En su obra destaca la belleza profunda que trasciende de lo decorativo y nos habla de la condición humana en su esplendor y decadencia, dotado de una sensibilidad especial”, acotó el director.
El maestro José Pedro Gaytan agregó que con la pérdida del destacado pintor, Chihuahua pierde un gran maestro ya que en los últimos años, Domínguez figuró entre las mejores colecciones que se han realizado, tanto para el estado de Chihuahua como para la Ciudad de México, lugar en donde residió durante los últimos años de vida.
Posterior a las intervenciones durante el homenaje en el Teatro de Cámara, en el Museo de Arte Contemporáneo Casa Redonda se inauguró la obra “In Memoriam Fuerza de un hombre” Colección de Arte Privada con obras originales y destacadas de la carrera del maestro Domínguez, la cual permanecerá expuesta al público durante seis semanas.
Considerado como el “Artífice de los Sueños”, maestro Domínguez destacó frente al mundo artístico mexicano por su obra dedicada al clasicismo, pues su pintura muestra la visión del presente proyectada sobre el pasado colonial, logrando un equilibro de la estética con lo perverso e inquietante.
Nació en el año de 1942 en el municipio de Jiménez, Chihuahua; Domínguez llegó a la Ciudad de México a la edad de 20 años, donde estudio en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y reconoció que decidió pintar el clasicismo por una señora que conoció en su lugar de origen.
Domínguez trabajó en el Museo Nacional del Virreinato y en el año de 1985 pintó el proyecto más ambicioso de su carrera, con el título “Homenaje a Jan Van Eyck”. Fue con los Arnolfini que Benajmín Domínguez manejó por vez primera el desnudo, ya que le parecía de gran importancia el lenguaje de la piel, las levitaciones, las cuatro edades, los cinco sentidos y los tatuajes son fundamentales dicha producción.
Con la serie de variantes de Los Arnolfini lo catapulta al escenario de la plástica nacional y a partir de entonces, continua este tipo de obra surrealista en la cual aparecen con una enorme precisión y gran barroquismo los encajes de los personajes, los muebles y la joyería, colección que se exhibió en el museo del Palacio de Bellas Artes y fue itinerante a Monterrey y Zacatecas.
En concreto, el fallecido pintor chihuahuense inició como pintor abstracto, corriente que trabajo durante una década pero su verdadera pasión su proyecto en realizar una revisión posmoderna del barroco. Fue así como se ganó la admiración y respetado de otros artistas como Luis Y. Aragón y David Alfaro Siqueiros, reconocido como uno de los neoclasicistas más modernos del país.
Benjamín Domínguez Barrera nació en la ciudad de Jiménez, Chihuahua el 31 de marzo 1942, y falleció en julio del presente año en su casa, en la Ciudad de México. Su último proyecto expositivo se titula La magia del presagio, de 34 cuadros, que aún no se inaugura, pero la obra ya está colgada en las oficinas de Reforma del Instituto Mexicano del Seguro Social.