La fiebre no es una enfermedad, es una respuesta de nuestro cuerpo como defensa contra las infecciones. Se produce cuando el “termostato” interno del cuerpo aumenta la temperatura corporal por encima de su nivel normal. Este “termostato” se encuentra en cerebro en la parte denominada hipotálamo y este sabe a qué temperatura debe tener el cuerpo (por lo general es de 37 grados centígrados).
La temperatura de la mayoría de las personas varían incluso un poco a lo largo del día, “la temperatura de nuestro cuerpo va variando durante el día, en la mañanas es un poco más baja y más alta por la tarde, es así como a veces el hipotálamo reajusta a una temperatura más alta como respuesta a una infección y/o enfermedad y con esto ayuda a combatir los gérmenes que la causan y hacen que el cuerpo sea un lugar menos agradable para ellos”, mencionó la Doctora María Elena Tobías Morales, Subdirectora de Gestión Médica del Seguro Popular.
El tratamiento depende de las causas de la fiebre, la mayoría son causadas por infecciones, siendo otros factores como algún tipo de medicina (la fiebre suele aparecer después de que los niños fueron vacunados), golpe de calor u otras enfermedades autoinmunes.
Al momento que la temperatura comienza a bajar y el cuerpo libera el calor extra puede presentarse escalofríos y quizás algo de sudor.
A veces, las personas con fiebre pueden respirar más rápido de lo normal y tener un ritmo cardíaco más elevado, por lo que debe de acudir a su médico lo más pronto posible.