Don Antonio es poseedor de un enorme carisma, basta con cruzar algunas palabras con él para quedar atrapado por su encantadora personalidad. Pero al profundizar en la plática es posible descubrir que Ausencio Antonio Barraza Romero además es un ser humano solidario, versátil y sobre todo muy inquieto quien a sus 70 años, acaba de terminar la Preparatoria Abierta.
Nació en la ciudad de Durango, Dgo., el 18 de diciembre de 1945 y es el quinto de siete hermanos. Sin embargo, cuando era muy pequeño su único hermano varón falleció y él se convirtió en el “consentido” de la familia. A los dos años de edad, se trasladó con sus padres y hermanas a Ciudad Juárez en dónde creció en el tradicional barrio Arroyo Colorado, ubicado en las inmediaciones de la Cárcel de Piedra.
Su inquietud quedó de manifiesto cuando a corta edad y alentado por algunos de sus vecinos que eran músicos ingresó a estudiar a la Academia Municipal de Música dirigida por el maestro Cayetano López Zertuche y formó parte de la banda juvenil integrada por alumnos de la propia institución. “Era una vida muy bonita, nosotros no nada más tocábamos marchas”, explica haciendo alusión a las participaciones que tenía el conjunto durante las ceremonias conmemorativas que se realizaban en aquella frontera en días festivos.
Su talento era tal que a la edad de 16 años cuando cursaba el bachillerato, fundó su propia orquesta “yo era el director” – explica – “y todos éramos de esa edad, 15, 16 años.” Su agrupación llegó a ser muy reconocida por lo que tocaban en los salones de mayor prestigio en aquella época como el “Capri” o el “Señorial”, y también en fiestas particulares como bodas o quinceañeras.
Don Antonio puso un alto a su carrera musical pues surgió la oportunidad de irse a vivir con algunos familiares a Los Ángeles, California. En aquella ciudad entró a cursar el “high school” que es el equivalente a la educación media superior, actividad que alternaba con el trabajo lo que le permitió aprender el idioma inglés. Radicó en los Estados Unidos por un largo período de tiempo hasta que hace cinco años, Antonio Barraza decidió regresar a Ciudad Juárez con la finalidad de reencontrarse con su familia.
Sin embargo, también tenía la intención de recuperar toda la documentación que avalaba su educación ya que se le extravió. Pudo cumplir este propósito con sus certificados de primaria y secundaria y como el bachillerato lo cursó en Los Ángeles su diploma “tenía que ser apostillado para que me dieran la prepa”, expuso y advirtió que por falta de recursos económicos no pudo realizar este procedimiento, que consiste en la validación de un documento oficial emitido por una autoridad extranjera para que tenga vigencia en México.
Don Antonio quería contar con su bachillerato y entonces, recuerda con toda claridad la fecha que le cambió la vida. “Yo me inscribí en Preparatoria Abierta el viernes 28 de noviembre de 2014, y en enero de 2015 empecé mis primeros exámenes”. Advierte que otro factor que lo hizo tomar esta determinación fue para “ayudar y motivar a mi familia para que sigan sus estudios.”
Él comenta que su intención era terminarla en seis meses: “iba bien, pero tuve que volver a repetir algunas materias que no pasé y ya la vine haciendo en un año”, explica Don Antonio. Y es que precisamente esta es una de las ventajas de estudiar en Preparatoria Abierta, pues no hay un límite de oportunidades para acreditar los módulos y en palabras de nuestro entrevistado, “hace cincuenta años atrás ¿cuándo se permitía esto? Ahí si no pasaba, había que repetir y repetir el año.”
Antonio Barraza tiene muy claro que aunque él se esforzó y trabajó mucho para terminar su bachillerato, a su alrededor estuvieron muchas personas involucradas en esta meta: “Tengo mucha familia, muchos sobrinos. Tengo seis hermanas a las cuales agradezco el apoyo que me han brindado.” Y agregó que ellos le ayudaban a repasar el contenido.
Pero una de las estrategias de estudio de Don Antonio, es también una muestra clara del gran altruismo que existe en su corazón, ya que colabora con el Instituto Chihuahuense para la Educación de los Adultos (ICHEA) brindando asesorías a personas mayores de 15 años que desean terminar la educación básica. “Yo siempre ando comprando libros” – comenta – “y de esos libros estudio, saco muchos resúmenes para ayudar a la gente de primaria y secundaria. Y así los apoyo y los ayudo, y así me ayudé yo.” Él cuenta que una de las mayores satisfacciones que le ha dejado esta labor es la de haber visto que cerca de cien personas obtuvieron su certificado de primaria o de secundaria.
Además de ser asesor del ICHEA, Antonio da clases de música y de inglés en una iglesia o en su propia casa a niños de escasos recursos sin cobrar un solo centavo, lo que habla del espíritu solidario de este músico quién asevera que sus instrumentos favoritos son el piano, el teclado y la trompeta.
Por otro lado, Don Antonio Barraza se siente agradecido porque gracias a que existe una modalidad como Preparatoria Abierta, pudo alcanzar su sueño de cursar el bachillerato, ya que de acuerdo con él “es un programa bien planificado para todos aquellos jóvenes y personas mayores que no terminamos nuestra preparatoria, tengan la oportunidad para lograrlo.”
Ausencio Antonio Barraza Romero, también quiso aprovechar para dar las gracias a los directivos y al personal del Subsistema de Preparatoria Abierta y Telebachillerato del Estado de Chihuahua (SPAyT) porque siempre le brindaron su apoyo y le dieron ánimos a lo largo de todo el proceso “Sin la ayuda de ellos, el cariño especial, pues no, no puede uno. Estoy muy agradecido con todos ellos.” Puntualizó.
Don Antonio no quiso dejar pasar la oportunidad para enviar un mensaje a todos aquellos que aún no se deciden a estudiar su bachillerato a que lo hagan en Preparatoria Abierta “solamente no estudia quien no quiere. De veras, aquí el que quiere, lo logra.” Finalizó.