Trump derriba en Twitter con una pelota de golf a Hillary Clinton

Noticias de Chihuahua.-

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, odia a su antigua rival demócrata, Hillary Clinton. No es un secreto. Lo ha dicho y repetido mil veces. Ella es para el millonario republicano la quintaesencia de los males de Washington: la burocracia, el interés partidista, el abuso gubernamental… Si pudiese, la procesaría por el evanescente caso de los correos privados. Y Cada vez que tiene ocasión la llama Hillary la corrupta, y la empitona a su modo. Salvaje y agrio. Así lo hizo este domingo por la mañana al retuitear un montaje en el que se ve a Trump golpeando una pelota de golf que acaba impactando en la espalda de Clinton (supuestamente) y derribándola.

“El asombroso swing de Donald Trump”, reza el tuit lanzado el 14 de septiembre por Mike, un usuario con 14.900 seguidores que se otorga el apelativo arrobado de mentejodida, y cuya línea del tiempo está repleta de gatitos, imágenes grotescas de Hillary Clinton y odio ultraderechista. Uno más de los miles de agitadores radicales de la red pero que le cayó en gracia al mismo presidente de Estados Unidos, quien al retuitear su mensaje redobló su efímero estrellato (8.400 comentarios, 6.200 retuits y 15.000 gustas, en la mañana del domingo).

No es la primera vez que Trump lleva sus impulsos tuiteros más allá que cualquier otro mandatario en el planeta. Lo hizo antes, durante y después de la campaña electoral. Para desesperación de sus asesores, el presidente considera que es un vínculo directo con sus seguidores, una conexión que les permite bombearles sin intermediarios la nitroglicerina que necesitan. En julio pasado, por ejemplo, sembró la alarma al rebotar un vídeomontaje en el que se le veía a él mismo como un matón golpeando en un ring a una persona que tenía por rostro el logo de la cadena CNN. Fue la sublimación de su guerra contra los medios críticos, los que él denomina fake news y a los que prácticamente a diario lanza alguna andanada.

Darle una paliza a un periodista hostil, derribar de un pelotazo a su rival demócrata, bramar por los cuatro costados cada vez que tiene ocasión. Donald Trump ha hecho de su presidencia un alarido continuo. Un espectáculo de ruido y furia que mantiene activo su núcleo electoral. Ese sector radical y en permanente ebullición, con el que el mandatario ha logrado vínculo casi orgánico que alimenta con sus espasmos tuiteros y sus explosivo mítines. No son mensaje inocentes. Ni impulsos irrefrenables. Es estrategia política. La misma que le dio la Casa Blanca.

Fuente: El País


Source: Mundo