Juan Octavio Díaz, víctima de aquel espectáculo Extremo AeroShow en 2013, opinó conforme a las facturas apócrifas que difundió el Servicio de Adminsitración Tributaria (SAT). Indicó que conforme pasa el tiempo salen a la luz temas lamentables como facturas falsas.
“La verdad me da muy mala espina… me puede que realmente haya víctimas aparte de la gente, sino más víctimas engañados por dinero. No lo digo yo, lo dice esa publicación”, expresó.
Lo publica el SAT
A través de su portal de Internet, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) confirmó que las facturas entregadas por la asociación civil que organizó el AeroShow 2013, Espectáculos Extremos, son apócrifas, por lo que los socios fueron incapaces de comprobar los más de 17 millones de pesos que les entregó la pasada administración municipal para realizar el evento que dejó como saldo nueve personas fallecidas.
El SAT publicó en su página las empresas y asociaciones que expidieron facturas apócrifas, y en donde resalta la presencia de la AC organizadora.
Además, el no poder comprobar los gastos utilizados para la organización del evento de parte de Espectáculos Extremos, abrirá un boquete financiero en las arcas del Municipio de Chihuahua, debido a que no existen las facturas reales que comprueben los movimientos financieros que realizó la pasada administración en el pago del AeroShow.
Asimismo y de acuerdo al Artículo 113 del Código Fiscal de la Federación, la expedición de facturas “piratas” es un delito que se castiga con tres meses a seis años de cárcel, debido a que se violenta el Artículo 69-B.
Cabe recordar que en septiembre del año pasado ya el SAT había exhibido a la AC por el mismo motivo, sin embargo, les otorgó un plazo a sus socios para entregar las facturas y llevar a cabo el análisis fiscal, cuestión que en su momento Jorge Cuesta y Mario Dueñas negaron de manera rotunda, al explicar que se trataba de un error del organismo.
El AeroShow 2013 se celebró el pasado 4 de octubre del 2013, pero fue un día después cuando una troca monstruo conducida por el sonorense Francisco Velázquez –actualmente preso- se salió de control y aplastó a decenas de asistentes, dejando como saldo nueve muertos y casi un centenar de heridos, lo que abrió un largo proceso judicial y legal en contra de ex funcionarios municipales y organizadores.