El grito unánime contra Donald Trump y el reclamo de “respeto” unieron en la capital y otras 17 ciudades de México a decenas de miles de personas que lanzaron consignas por la unidad y derribaron simbólicamente el muro que el presidente de EU pretende construir a lo largo de la frontera común.
Las marchas, organizadas por asociaciones civiles agrupadas con el emblema #VibraMéxico, inundaron las calles de forma “apartidista y pacífica”, como indicó la convocatoria, para exhibir el orgullo patriótico y que se respeten los derechos de los inmigrantes ilegales mexicanos en Estados Unidos, que Trump quiere deportar.
La manifestación más multitudinaria fue la que acogió la Ciudad de México, con una asistencia de unas 20,000 personas, de acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina.
El objetivo de la protesta, que partió desde el Auditorio Nacional a las 12:00 hora local (18:00 GMT), es “mandar un mensaje al presidente de Estados Unidos”, dijo a Efe una de las asistentes, Gabriela Torres.
El mensaje “de que estamos enojados, que nos ha insultado, que es un abusivo, que no respeta”, detalló.
Como ella, muchos participantes mostraron su disconformidad con las políticas del republicano, al que tildaron de “narcisista y psicópata” e identificaron con el Anticristo y Hitler.
Las pancartas, escritas en inglés y en español, recogieron lemas como “Puentes, no muros”, “Los trabajadores mexicanos han ayudado a construir EU” o “Make Mexico great again” (“Hagamos México grande otra vez”), este último imitando el conocido lema de la campaña electoral de Trump.
A pesar de que la manifestación no fue convocada para protestar contra el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto -aunque sí para “exigir el buen Gobierno”-, se pudieron ver numerosos carteles que ponían en el punto de mira la situación política nacional con frases como “El problema más grande de México es la corrupción” o “Con muro o sin muro, nos están robando en casa”.
Coreando consignas como “¡Fuera Trump!” o “¡México, México!”, los asistentes llegaron, aproximadamente una hora después del arranque de la protesta, al Ángel de la Independencia, en el neurálgico Paseo de la Reforma, donde cantaron el himno nacional con la compañía de una banda de música.
A los pies del monumento, un grupo de personas con camisetas de colores desmontaron poco a poco, de manera simbólica, un muro construido con cajas de cartón a modo de ladrillos que tenían escritas palabras como “racismo”, “homofobia”, “discriminación”, “miedo”, “intolerancia” y “exclusión”.
María Elena Morera, directora de la organización Causa en Común -una de las convocantes-, se mostró “feliz” por la respuesta masiva, y porque la gente saliera “para defender los derechos de todas las personas”.
Nunca habíamos recibido una amenaza del exterior tan fuerte”, aseveró la activista.
Por otra parte, Alejandro Martí, presidente de la asociación civil México S.O.S. y padre de un joven secuestrado y asesinado, instó a sus compatriotas a trabajar, también con el Gobierno, para “políticas públicas internas, mejorar nuestras instituciones, hacer un México más fuerte”.
En cuanto a los reclamos contra Peña Nieto, consideró: “Este no es momento de desunirnos, por más que tengamos problemas, los trapos sucios se lavan en casa”.
No es momento de estar viendo el pasado, es momento de ver el futuro y mandar un mensaje que necesitamos de soberanía, fortaleza”, coincidió el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue.
A la protesta de #VibraMéxico en la capital se sumó otra del movimiento “Mexicanos Unidos”, cuyo recorrido tuvo el mismo punto final pero que contó con mucha menos asistencia.
Además, las marchas y concentraciones se repitieron en diferentes puntos de la geografía mexicana. La de Guadalajara, capital del occidental estado de Jalisco, congregó a 10,000 asistentes.
“Don’t build the wall” (“No construyan el muro”) y “Trump racista” fueron las consignas de los participantes, que por algunos momentos también aprovecharon para manifestarse en contra de la reciente alza de los precios de los combustibles en el país, dictada por Peña Nieto.
Villahermosa (Tabasco), Morelia (Michoacán), Mérida (Yucatán) y Monterrey (Nuevo León) y Tijuana (Baja California) fueron otras de las ciudades que se sumaron a la convocatoria.
Fuente: Excélsior