Atacan sede del Semefo en Iguala… y colocan narcomantas dirigidas a Peña

Pese a la presencia de elementos de la Policía Federal (PF) en Iguala, un grupo armado atacó la fachada del Servicio Médico Forense (Semefo) y la funeraria Los Ángeles, sin que se reportaran víctimas.

Además, dos narcomantas dirigidas al presidente Enrique Peña Nieto y a autoridades locales fueron halladas en dos puntos de esa ciudad, donde hace más de 15 meses desaparecieron 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.

Según reportes oficiales, las mantas se ubicaron alrededor de las 9 de la noche, una de ellas en el puente del Chipote que se ubica sobre la carretera federal México-Acapulco, frente a la sede del Poder Judicial, y la otra a un costado del almacén comercial Sams Club, ubicado sobre Periférico sur.

Uno de los mensajes decía: “Señor Presidente Enrique Peña Nieto, Gob. Federal, Gob. Militar y Presidente Esteban Albarrán; pongan atención a esto queremos orden y Paz, ya estamos hartos de muertes injustas, extorsiones y secuestros, es tiempo de que hagan algo. Dejen de apoyar a Nicolás Nájera Salgado (a) El MAY; EL TIO o EL PROFE, JOSE LUIS RAMÍREZ (a) EL CHURROS O LA BRUJA, GABINO (a) EL GABY, ENRIQUE LOPEZ CARRETO (a) EL CARRETO, EL CHIQUILIN, MAYOLO, MARCE (el de la zona), VICTORICO MARTINEZ LOPEZ, EL MAROMAS Y EL MARTIN; Estos son los que encabezan el grupo delictivo GUERREROS UNIDOS, responsables de la desaparición de los 43 NORMALISTAS y de tantas ejecuciones de gente inocente”.

Y remataba: El agente federal ARMENDARIS recibe 100 mil por mes, al del fuero común y el fiscal reciben 38 mil por mes por esta razón dejan libres a sicarios detenidos los últimos días”.

Según fuentes oficiales, Victorico Martínez López es un conocido empresario del sector transportista que opera en la zona norte de la cuidad de Iguala.

Minutos después de que se ubicaron las narcomantas, un grupo de sujetos armados atacó las instalaciones del Semefo y una funeraria, ambas localizadas sobre la carretera federal Iguala-Chilpancingo.

El atentado solo dejó daños materiales y pánico entre los trabajadores.

Proceso