Normalistas que demandan el otorgamiento de plazas automáticas en el magisterio pretendieron boicotear el registro de aspirantes a presentar el examen de oposición correspondiente, con saldo de varios policías estatales lesionados, informaron fuentes gubernamentales.
Explicaron que esta mañana, unos cien estudiantes de diferentes escuelas Normales del estado, acudieron a las instalaciones de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), en la capital del estado, para para registrarse, con la finalidad de obtener la ficha correspondiente para presentar el examen al que el domingo pasado convocó la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Añadieron que decenas de policías estatales resguardaban el área en la que se encontraban los estudiantes que pretenden obtener una ficha, cuando más de cien normalistas encapuchados que exigen el otorgamiento de plazas automáticas “lanzaron palos, piedras y cohetones a los policías y a los normalistas que pretendían registrase”.
Aseguraron que los agentes “protegieron a los normalistas y comenzaron a replegar pacíficamente” a los inconformes, lo que lograron después de forcejeos, ante la presencia de agentes del Ministerio Público y de representantes de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
Manifestaron que “cuando los policías les pidieron que se retiraran fueron agredidos” con saldo de varios uniformados lesionados y golpeados, después de los cual, los normalistas inconformes regresaron a los camiones en los que habían llegado y se retiraron.
Dijeron que luego de que los inconformes se retiraron, los normalistas continuaron con el proceso de registro para obtener la ficha que les dará derecho al examen de oposición para tratar de ganar una plaza en el magisterio.
Según las fuentes, los normalistas inconformes que trataron de boicotear el proceso, son los mismos que ayer miércoles causaron destrozos en las instalaciones de la Secretaría de Educación de Chiapas.
Los normalistas inconformes no han informado si hubo lesionados dentro de sus filas como consecuencia del desalojo policiaco.
La Jornada