El crimen organizado utiliza las elecciones para afianzar su estructura, alerta un análisis

La violencia en el país impide que durante los procesos electorales los ciudadanos tengan opciones democráticas reales, dice un reciente análisis del Centro de Investigación para el Desarrollo A.C (Cidac).

Destaca que las amenazas en contra de candidatos a puestos de elección popular son un mecanismo para garantizar que se mantengan en el poder las estructuras que han favorecido el crecimiento del crimen organizado.

“La prospectiva no es muy optimista. Los incentivos que tienen los grupos del crimen organizado para incidir en los procesos electorales no son sólo evidentes; son lógicos. Las elecciones son un mecanismo perfecto para que el crimen organizado garantice que las estructuras de poder se alineen con sus intereses y puedan imponer redes de influencia y protección a las autoridades locales durante las administraciones en turno”, determina el análisis.

Considera que si bien en términos electorales la incidencia de los grupos delictivos no es nueva, en los últimos años su expansión ha sido más notoria.

El próximo 5 de junio habrá elecciones en 12 estados del país y en la Ciudad de México. Algunas de las entidades que celebrará comicios están entre las que registran más altos índices de violencia provocada por la delincuencia organizada, entre ellos Tamaulipas –durante años bastión de Los Zetas– y Veracruz –donde también han operado Los Zetas.

“Si bien esta influencia en términos electorales no es nueva, durante los últimos años se ha visto la expansión de dichos efectos. En primer lugar, en términos de quién compite; y en segundo lugar, en las tasa de participación electoral. Más allá del resultado específico de los comicios, la inseguridad en las elecciones tiene el peligro de minar la credibilidad y la legitimidad de los ganadores. El riesgo de esta situación va más allá de lo que pase el 5 de junio, y definitivamente va más allá de Tamaulipas”, determina el análisis.
Hace énfasis de que si se continúa por este camino, existe el riesgo de que la violencia sea el factor que defina el resultado del proceso en las 12 entidades en las que se votará para Gobernador [Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Oaxaca, Hidalgo, Quinta Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala y Zacatecas. Así como en Veracruz y Puebla].

De presentarse esta situación, el crimen organizado también tendría la posibilidad de apoderarse de las agendas públicas de los gobiernos.

“Aunado a esto, si la inseguridad sigue disuadiendo la participación electoral, este equilibrio se reforzará a lo largo del tiempo, y, finalmente perderemos de la manera más sutil la libertad primaria de la democracia: la capacidad real de elegir y ser elegido para un cargo público”, recalca.

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