Elena Garro, una autora polifacética

n una carta fechada el 12 de marzo de 1980, Emmanuel Carballo, quien se haría cargo del estudio preliminar de una nueva edición de Recuerdos del porvenir, pide a Elena Garro le envíe unas cuantas cuartillas como respuesta a los cuestionamientos que éste le hace acerca de su labor literaria para elaborar un mejor análisis crítico. “Qué géneros has practicado (y por qué has dejado otros en blanco, como la poesía)”, inquiere el autor de Protagonistas de la literatura mexicana. En aquella ocasión, Elena responde que tiene algunos poemas guardados en el baúl dedicados a Adolfo Bioy Casares, “el amor loco de mi vida”. No da más datos al respecto.

Más de 30 años después de aquella misiva, Patricia Rosas Lopátegui, investigadora y biógrafa de Elena Garro, presenta Cristales de tiempo (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2016), poemas inéditos de Elena Garro, con lo cual pone en claro la labor poética de la autora de La semana de colores.

“En Elena Garro siempre hubo interés por publicar los poemas. Lo demuestra el hecho de que los haya escrito primero a mano para después corregirlos y, posteriormente, pasarlos en limpio a máquina. En ella había una preocupación, disposición por dar a conocer el material, pero, como lo digo en el estudio preliminar, había un impedimento. Elena me contó que Octavio Paz le había prohibido publicar poesía porque ése era su terreno. Ella no podía incursionar en ese género, a decir de Paz.

Los poemas se fueron quedando guardados, primero en baúles, después, cuando este material me lo entregaron Elena Garro y Helena Paz en 1997 para publicarlos, los poemas ya estaban en bolsas de plástico para la basura, para protegerlos de los orines de los gatos”, aseguró Patricia.

Encontrarse de frente con la poesía de Elena Garro permite trazar un radio de acción mucho más amplio en torno a la escritora nacida en Puebla. Reconocer que no sólo es autora de una sola novela y que su capacidad poética, la cual siempre mostró en la narrativa, también se ve reflejada en la arquitectura propia del poema.

“El primer poema que sobrevivió data de 1948. Elena destaca constantemente como la autora de Recuerdos del porvenir o la dramaturga que renovó el teatro en los cincuenta, con obras como Un hogar sólido, los perros, El árbol, entre otros, pero va mucho más allá. Toda la obra de Elena es poética. En Cristales de tiempo el manejo del tiempo, la memoria y la infancia son el leitmotiv”, los componentes que dan forma y fondo a la obra poética de la también dramaturga.

“Elena Garro es una escritora polifacética. No sólo escribió novela, cuento, periodismo –desde su postura como activista política y social–, sino que también fue una gran escritora de memorias y guionista de cine y televisión. Ahora, con Cristales de tiempo rescatamos su poesía, la cual quedó rezagada durante setenta años.

Cinco son los segmentos en que está divido el libro. A saber: La infancia en la memoria, Horror y angustia en la celda del matrimonio, A mi sustituta en el tiempo, Bioy, tú me diste una tan buena lección que ya no puedo enamorarme de nadie, ni siquiera de Bioy y La poética del exilio. Para Patricia, el quehacer más arduo al reunir en un volumen la obra lírica de Garro fue la distribución de los poemas en unidades que posibilitaran una lectura ordenada y coherente. “Después de leerlos una y otra vez decidí ordenarlos y configurarlos dentro del universo poético de Elena Garro, porque no todos estaban fechados, ya que ella era enemiga del tiempo cronológico”, indicó la también autora de El asesinato de Elena Garro. Periodismo a través de una perspectiva biográfica.

De los cinco episodios de este libro de poesía destaca A mi sustituta en el tiempo. “Dentro de estos poemas, se ve en la pluma de Garro una evidente obsesión por la filosofía existencialista. Asimismo, los dedicados a la infancia y a su esfera matrimonial sobresalen por la confesión. A mi sustituta en el tiempo es la única sección que lleva el título de uno de los poemas. En esa unidad se puede apreciar el manejo de tiempo como desdoblamiento de la voz poética. Ahí, la autora buscó el escape a otro universo donde pudiera plantear el mundo tal como ella lo conoció en la infancia. Se pueden apreciar poemas existenciales, en los cuales plantea esa atmósfera que tanto la desencantaba, el mundo rutinario, pragmático, el protocolo, los relojes, la tiranía y el machismo”, aclaró Rosas Lopátegui.

En Cristales de tiempo hay una evidente desigualdad en los textos, ya que algunos presentan mayores rasgos de trabajo estético, una estructura, rítmica, prosodia más elaborada que en otros. Para la editora, esto se debe a que la propia Elena no otorgó toda la dedicación que sí dio en su obra narrativa; sin embargo, destaca el impulso creador de la autora poblana, por tal motivo la posiciona, entre las poetas, a la par que Rosario Castellano, Nellie Campobello y Pita Amor.

“No perdamos de vista que aunque en Elena se ve una preocupación por dar a conocer el material, no fue al que le dedicó la mayor parte de su tiempo, como a su narrativa o dramaturgia. Los poemas de largo aliento son más complejos, están más elaborados que otros. Por otra parte, los de amor parecen ser un instante de inspiración de la autora, el momento justo en que le llegaba la nostalgia o algún recuerdo, entonces los plasmaba tal cual, sin hacerle mayores modificaciones. Son una cápsula de tiempo, memoria y nostalgia, por eso decidí titular el libro Cristales de tiempo. Elena Garro, como poeta, es comparable a figuras como Rosario Castellanos o Pita Amor. La poesía de ellas es muy íntima y al mismo tiempo muy vanguardista”, concluyó.

Fuente: Excélsior