Errores, corrupción y EPN dejan al PRI sin gallos para 2018: politólogos y académicos

Para finales de 2009, a casi tres años de la elección presidencial, el entonces Gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto era considerado el claro candidato con el que el Partido Revolucionario Institucional se lanzaría a la recuperación del Poder Ejecutivo en 2012.

En el libro “Historia Mínima del PRI”, publicado este año por el Colegio de México, el investigador Rogelio Hernández Rodríguez recuerda que, para esa mitad del sexenio calderonista, el mandatario del Estado de México acababa de confirmar, contra todas las previsiones, el poder del tricolor en su entidad y de borrar “a sus opositores” al ganar 97 de los 125 municipios y la mayoría del Congreso local.

Era, dice Hernández, un “reconocido líder del PRI” con adhesiones dentro y fuera del estado.

“El PRI con Peña Nieto obtenía en promedio 47 por ciento de las intenciones de voto, ante el 17 por ciento del PAN y el 15 por ciento del PRD, de acuerdo con alas encuestas consolidadas de la empresa Parametría”, menciona el texto.

Pero era 2009 y, entre otros factores favorables al tricolor, el Partido Acción Nacional gobernaba concentrando su capacidad administrativa en la violencia, dice el autor del análisis. Y el PRI, “huérfano de liderazgos” desde que había perdido la Presidencia de la República en 2000, sin secretarios de Estado qué postular y fragmentado entre las élites estatales, había determinado construir una candidatura presidencial alrededor del mexiquense.

“En el caso de Peña Nieto, su visibilidad como posible candidato fue demasiado temprana, y no sólo por sus características personales, sino también por la circunstancia del partido; en ese 2009, el PRI no gobernaba”, dice Hernández Rodríguez en entrevista.

“Entonces, ese partido esperaba construir un liderazgo, un candidato, más aún después del fracaso del (ex candidato presidencial) Roberto Madrazo en 2006”, agrega.
Esta construcción de una figura capaz de lograr la permanencia del PRI en la Presidencia en 2018, sin embargo, agrega Hernández, no es visible en 2016, con un entorno complicado tanto por las denuncias de corrupción de los gobernadores tricolores y del propio Peña Nieto como por el desgaste de la imagen de su Gobierno.

“No hay un candidato visible”, advierte el investigador, que considera como “pocas” las posibilidades de que el PRI gane la elección en 2018.
“Todo partido que se convierte en Gobierno sacrifica su presencia dependiendo del éxito de ese Gobierno”, agrega.

“OPCIONES REDUCIDAS”

Aurelio Nuño Mayer, Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray Caso, tres “presidenciables” del PRI que, de acuerdo con politólogos, están cada vez más lejos de representar a su partido en 2018. Foto: Cuartoscuro

Varios problemas hacen prever como imposible la producción de una candidatura presidencial priísta comparable a la de Peña Nieto o con resultados a prueba de escrutinio en una campaña.

Los elogios sobre el Mexico’s Moment que hicieron medios extranjeros como The Economist se derrumbaron sobre todo a partir de 2014, cuando 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa fueron víctimas del delito de desaparición sin que a la fecha hayan sido localizados.

Luego llegó, en noviembre de ese año, la revelación periodística sobre la forma en la que la pareja presidencial adquirió la residencia familiar conocida como “casa blanca” y, en marzo de 2015, otra que evidenció un “modus” similar en la compra de una mansión, también al empresario Juan Armando Hinojosa, por parte del Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso.

La Reforma Educativa, dice Alberto Aziz Nassif, profesor del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), anuló después cualquier posibilidad –pretendida o no– de Aurelio Nuño Mayer, Secretario de Educación que llegó a esa posición en agosto de 2015 con lo que el académico considera un “gran acompañamiento mediático”.

Y la improbable solución a la inseguridad, así como a la propia negociación con los maestros, agrega el mismo autor y analista político, complicaron también las posibilidades de quien hasta marzo –según Parametría­– era el priísta más conocido entre los ciudadanos, el ex gobernador hidalguense y hoy Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

“Es una Secretaría de Gobernación que se volvió a reconstituir en este sexenio, que retomó la parte la parte de seguridad pública y terminó concentrando la política interna con la parte represiva del Estado, que se encarga del orden y la seguridad”, dice Aziz.
“Ahora se vuelve a juntar y, en esta súper Secretaría de Gobernación, Osorio Chong es la figura que enfrenta los problemas de gobernabilidad y de seguridad, y creo que en los dos temas el balance no es muy positivo”, agrega el investigador del CIESAS.

Ningún otro integrante del gabinete, consideran los analistas al ser consultados sobre otros priístas con exposición mediática –como el Secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade–, tiene resultados qué presumir en una campaña. Y el Gobernador mexiquense Eruviel Ávila Villegas, agregan, además de las problemáticas de violencia de su entidad, carece de la proyección que tenía su precedesor, Peña Nieto.

“Creo que hay una situación complicada para el PRI, para el Gobierno de Peña Nieto, en vistas de la sucesión presidencial en 2018”, coincide Aziz.

“Porque todas las posibilidades se han ido reduciendo en términos de estas posibles candidaturas (…) El desgaste del ejercicio poder ha devenido en la imposibilidad de tener alguna alternativa atractiva de candidaturas; tampoco se ve algún Gobernador que esté posicionado como fue posicionado Peña Nieto”, agrega.
“EN UNA TORMENTA PERFECTA”

Para los entrevistados, en esta reducción de opciones “presidenciables” incidieron no sólo las expectativas de que el tricolor mostrara en su regreso a la Presidencia en 2012 que, a diferencia de los panistas, tenía experiencia de Gobierno, sino la real falta de conocimiento político en “el terreno” de los integrantes del gabinete.

Tal es el caso, dice Aziz, de Aurelio Nuño Mayer, reemplazado por Osorio Chong en la relación con CNTE y llanamente abucheado por un grupo de docentes el pasado 25 de agosto en Ecatepec, Estado de México, en un evento invitado por el Gobernador Ávila.

Atrás quedaron los meses en los que Nuño mostraba “mano dura” como titular de Educación, cuando advertía que la Reforma seguía “su curso” y cuando el Gobierno federal ejercía, de acuerdo con un análisis de SinEmbargo, 318.6 millones de pesos en comunicación social para reiterar esta posición ante el magisterio.

Más de 233 millones de este gasto, agregan datos disponibles en el Portal de Obligaciones de Transparencia, tan sólo el 26 de agosto de 2015, el día previo a su nombramiento como sustituto de Emilio Chuayffet Chemor.

“El caso de Nuño en la SEP, desde que empezó a hacer este trabajo tuvo una suerte de acompañamiento mediático, como si fuera una apuesta por una candidatura”, dice Aziz.

“Y creo que la Reforma Educativa, que es una reforma administrativa, con toda la problemática que se generó con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), mostró a un Secretario de Educación muy rebasado. No es lo mismo estar en el escritorio, ser asesor, diseñar desde un oficina que estar, digamos, en el frente de batalla. Se vio muy pronto que Nuño no conocía el país ni los resortes de las organizaciones, que no sabía cómo operar ni tenía experiencia política”, agrega el académico.
A Videgaray, además de que su casa en Malinalco le contagió del escándalo de conflicto de intereses más sonado del sexenio, le ha sido imposible revertir la tendencia mexicana de producir un crecimiento económico apenas dos puntos porcentuales por encima de cero.

La deuda del país, de acuerdo con el medio especializado Bloomberg, se encuentra además en 34.5 por ciento del Producto Interno Bruto –niveles similares a los que tenía durante la crisis de 1995– mientras que los precios internacionales del petróleo motivan recortes y obstaculizan los presuntos beneficios ofrecidos con la Reforma Energética.

“Creo que lo que le ha dañado son los problemas económicos que, en cualquier circunstancia y en cualquier país, son lo más debatibles y difícil de apreciar; y, por más que la economía sea estable aunque no haya crecimiento, no es para decir que la economía está bien”, dice Hernández.
“Entonces, es difícil desde Hacienda mostrarse como un funcionario políticamente útil”, agrega el experto.

En el gabinete, consideran los entrevistados, las opciones presidenciales se han reducido entonces a Osorio Chong, que sigue sin lograr que la CNTE reanude clases en estados como Oaxaca y sin resolver los persistentes problemas de seguridad pública, como los homicidios que en julio pasado registraron una de las cifras más altas del sexenio.

El reto priísta, al que se suma la amenaza de castigo a la corrupción expresada en la elección de junio de este 2016, es entonces de tal magnitud que, a juicio de Aziz, incluso el cambio que extraoficialmente se espera de Osorio Chong a la Sedesol –donde tendría una plataforma para lanzar una candidatura o “blindarse” ante los problemas de Gobernación– resulta irrelevante.

“Por lo que aparece en el panorama, y a diferencia de la sucesión anterior, ahora no hay un candidato”, coincide Aziz.

“No hay un modelo político que de alguna manera sea especialmente atractivo como para que el PRI pueda seguir en la Presidencia, a diferencia de Peña Nieto, que fue muy construido desde los medios, desde la televisión (…) No hay manera de repuntar frente a tanta reprobación, porque están enfrentando una tormenta perfecta, con problemas económicos, sociales y políticos”, cierra.

SinEmbargo solicitó a las respectivas direcciones de Comunicación Social comentarios sobre las dificultades o críticas que cada Secretario mencionado podría enfrentar en sus “posibilidades presidenciales”. Y, sin negar estas aspiraciones, sólo las Secretarías de Educación y de Gobernación respondieron que no habría declaraciones relacionadas con temas ajenos a los actuales trabajos de los funcionarios.

“El ciudadano Secretario Nuño está dedicado al cien por ciento a atender su función como Secretario de Educación Pública”, dijo Eduardo Gutiérrez Campos, director general de Comunicación Social de la SEP.
“En este momento” no habrá comentarios sobre el tema, respondió Roberto Femat Ramírez, con el mismo cargo en Gobernación.

Fuente: Sin Embargo