Tratos. Sin rubor alguno, negociaban por teléfono desde una oficina de la Subdirección de Nuevos Negocios de Pemex. A “Juan N” le exigieron 10 mdp en efectivo y dos camionetas. El asesor Zapata Peñasco acordó la entrega del dinero en un restaurante frente a las oficinas de la empresa
Llamada interceptada develó red de extorsión en Pemex
La detención de la red de extorsionadores encabezada presuntamente por Cuauhtémoc Zapata Peñasco, que operaba desde una oficina de la Subdirección de Nuevos Negocios de Pemex, se logró en mucho por una llamada telefónica donde sin rubor alguno, estos sujetos negociaban los términos de la entrega del pago de sus extorsiones a sus víctimas.
En una llamada interceptada por los órganos de investigación, se evidencia la manera en que Zapata Peñasco, desde su oficina ubicada en el piso 7 del edificio de Pemex ubicado en el número 100 de Presidente Masaryk, en la colonia Polanco en el DF, donde se encuentra la Subdirección de Nuevos Negocios de la paraestatal, busca generar confianza en Juan “N” , socio de la empresa Súper Pereyra SA de CV, a la que se le exigió 10 millones de pesos y dos camionetas 2015.
En esta llamada de la cual Crónica tiene una copia, Zapata Peñasco reconoce que lo que se estaba exigiendo derivaba de un trato “entre Subdirecciones” de Pemex, una de éstas la de “Nuevos Negocios”, en la que él presuntamente es un asesor legal, invitando al empresario extorsionado a corroborarlo, para lo cual incluso le propuso una reunión en su oficina y hasta le proporcionó su número de empleado y el de “su jefe” perteneciente a Miguel Ángel Maciel Torres, encargado de despacho en la Subdirección de Negocios de Pemex Exploración y Producción (PEP) y quien es investigado para deslindar responsabilidades.
Después de varios minutos de “jaloneo” sobre el lugar donde se entregará el dinero, el empresario y Zapata Peñasco acuerdan, a propuesta del presunto funcionario de Pemex, un restaurante ubicado en Polanco, justo enfrente de las oficinas de Pemex, donde se haría la entrega de los 10 millones de pesos en efectivo.
“Oye, pero cómo crees que me los vas a dar en efectivo, es mucho ¿no?, le dice al empresario.
—Pues sí, son algunos milloncitos, le responde el empresario.
—“Pues sí, cómo crees, imagínate, me van a cortar la cabeza aquí…”, ironiza Zapata Peñasco durante la llamada telefónica por la cantidad de dinero en efectivo que va a recibir.
A CONTINUACIÓN SE PRESENTA LA TRANSCRIPCIÓN DE LA LLAMADA INTERCEPTADA POR LAS AUTORIDADES DONDE ESTA RED DE COMPLICIDADES NEGOCIABA SUS EXTORSIONES A EMPRESARIOS QUE PARTICIPABAN EN LICITACIONES EN PEMEX.
—Hola, bueno, ¿con quién tengo el gusto?
—Con María Elena Jiménez.
—Me comunica, por favor, con Cuauhtémoc Zapata.
—Un momento.
—Buenas tardes, ¿con quién tengo el gusto?
—Con el licenciado Cuauhtémoc Zapata.
—¿Cómo estás?, te habla Óscar de parte de Carlos Alberto Hernández, de ciudad del Carmen (Campeche).
—Ahh… qué pasó Oscar ¿cómo estás?
—Bien y ¿tú?
—Aquí en la chamba ¿tú crees?
—Qué bueno, eso es bueno, te hablo porque él me refirió contigo, no sé si tú ya sepas que él nos está exigiendo un dinero por lo de un contrato.
—Ajá.
—Entonces él me refirió contigo porque le dije que necesitaba platicar con alguien dentro de Pemex que me diera la certeza de que lo que nos están pidiendo es para que nos ayuden a darle continuidad del contrato y que no vaya a pasar nada ¿no? Tú sabes cómo son las cosas.
—Sí, claro que sí, de hecho sí estaba yo enterado, me habían platicado.
—¿Estabas o estás?
—No, estoy enterado.
—De hecho es un trato que se hizo aquí en la subdirección.
—Ahh… ¿que dirección es?
—Pues la de negocios, donde estoy yo, yo soy el asesor legal, si quieres constatarlo pues no sé, puedes venir a la oficina, estamos aquí en el séptimo piso, aquí en Masarik y esquina Petrarca en el número 111, piso 7, la subdirección de nuevos negocios . Arriba de nosotros está el contencioso, si quieres pasamos de una vez a verlo.
—Ok, oye bueno, pues él me está pidiendo ahí unos millones y unos vehículos y yo le dije que pues bueno, ya platiqué con mis socios pero queremos tener la certeza de que se los vamos a entregar a gente que nos pueda ayudar ¿no?
—¡Claro que sí!
—Entonces yo no pienso entregárselos a él porque sé que él no trabaja dentro de Pemex, entonces pues no sé si tú los puedes recibir ¿o cómo le haríamos?
—Pues sí, de hecho eso era lo acordado con ellos, por eso se brindó el apoyo para la asignación de ese contrato.
—Ok.
—Pues sí, de hecho se platicó también con el ingeniero José Guadalupe Lagarza, ¿no sé si lo conozcas?
—He escuchado de él.
—Pues sí, él es el subdirector de logística. Te decía que es un trato entre subdirecciones, me pidieron ellos el apoyo.
—Ajá,sí.
—Yo se los estoy brindando y sí me había comentado, ellos me habían comentado que había problemas, bueno no problemas que había una situación con ustedes que no creían en el apoyo y pues si estás hablando a mi oficina, cuándo quieres que nos reunamos o si quieres venir a verme
—Pues si tú me recibes lo que nos están exigiendo o pidiendo, pues que te parece si nos vemos jueves o viernes en México.
—Mira, yo viajo a Ciudad del Carmen el fin de semana porque tengo que ver unas situaciones allá en lo que es la situación de subdirecciones de campos, yo llego el viernes como a las 6 o 7 de la tarde aproximadamente, ¿como a qué hora te queda a ti? Mi vuelo de Aeroméxico llega a las 7 allá, si quieres nos vemos allá, para que no vengas para acá.
—Híjole, lo que pasa es que yo a Ciudad del Carmen nada más voy por cuestiones de trabajo, yo estoy aquí en Villahermosa y no sé, si quieres mejor vente a Villahermosa.
—Se me complica un poquito porque te digo que sólo voy a ver unas cosas, que tiene que ver con un contrato de asistencia, jaja no es el de ustedes, es el de otro, entonces fíjate que si, pues estos muchachones me había encargado que éste.
—¿Entonces no nos podemos ver en México?
—Ahh… sí, claro, tu dime cuando.
—Pues no sé, tú dime.
—Dices que sales de viaje, ¿a qué hora viajas?
—Pues ya te dije que sale mi vuelo a las 4 y media de la tarde por Aeroméxico.
—Una de dos, o nos vemos el viernes temprano o nos vemos hasta el lunes.
—Si quieres nos vemos el viernes temprano, ¿puedes viajar?
—Sí, claro, yo no tengo problemas para viajar.
—Ok ¿quieres que nos veamos aquí en mi oficina?
—Híjole, ¿no es complicado para ti recibir el dinero ahí?
—Mmmm… pues si quieres nos podemos ver … hay un restaurante aquí enfrente que se llama Puerto Madero, no sé si lo conozcas
—Sí, claro.
—Ok, si quieres nos podemos ver ahí. Oye, pero cómo en efectivo, ¿cómo crees?
—Sí, sí, sí, es que así me lo pidieron.
—¿En serio?
—Sí, sí.
—Jajajaja, estos muchachos están re locos,
—Sí, en serio,
—Ay ay, no, cómo crees, es mucho.
—Pues sí, son algunos milloncitos.
—Pues sí, cómo crees, imagínate.
—Me van a cortar la cabeza aquí.
—Mira, vamos a hacer una cosa, piénsalo bien y ya sea que nos hablemos mas al rato o nos hablamos mañana ya para afinar detalles, porque finalmente yo tengo que irme un día antes para programar la sacada del dinero.
—Ajá, o sea vas a venir aquí a México.
—Sí, claro
—Ok, mira entonces lo más probable es que les hable a estos muchachos para que se lancen conmigo para acá para que me echen la mano, pues porque…
—Mira, Cuauhtémoc, volvemos a lo mismo, yo quiero entregarle el dinero a alguien de Pemex y sé que Carlos Alberto no trabaja en Pemex, porque él mismo me lo dijo, entonces es como entregárselo al de la esquina ¿no?
—Sí, mira, yo te vi tu desconfianza, pero siempre se ha manejado así y la gente o las empresas tiene cierta desconfianza, y es normal, te lo juro, y es lo mismo en contraparte, cuando brindas el apoyo jamás vuelves a ver a las personas y ni modo que actúes y los andes correteando y si te voy a rescindir el contrato y te voy a penalizar, pues no, no tiene caso hacer esas cosas, realmente son tratos que se hacen con la palabra ¿no?
Entonces si me encargaron encarecidamente que por favor les brindáramos el apoyo para lo de tu contrato y me dijeron que van a salir otros, tu empresa es buena, de hecho por ahí me comentaron que iban a sacar otra licitación
—Ahh… ok.
—Entonces ¿no sé si te interesará?
—Sí, claro, por supuesto.
—De hecho también hubo un pequeño problemilla por ahí, no te cuento, iban a meter un oficio, y metimos las manos desde aquí para frenarlo porque querían impugnar la asignación, ya sabes como es este rollo.
—Claro,
—Entonces se frenó, pero tú dime si quieres nos vemos el viernes temprano, no tengo ningún problema.
—Tú dime, como a las 11 o 12, tú tienes que volar.
—Ok ¿nos vemos a las 11, pero como te reconozco?
—Mmm… buena pregunta pero dices que va a venir Carlos y el otro tipo ¿no?
—Pues me está diciendo que no.
—O sea ¿no van a venir?
—Pues tú me estás diciendo que no vayan.
—Ah no yo lo que no quiero es entregarles el dinero a ellos, pero si tu vas y te presentas con credencial de Pemex y todo eso, pues ya yo sé que trabajas dentro de Pemex
—Claro.
—Igual antes de llegar al lugar te llamo y te digo, voy vestido de esta forma.
—Ok, mira voy a hacer todo lo posible por llevar a estos muchachos y si te interesa pues te doy también el número de ficha eh, no hay ningún problema.
—A ver, dámelo.
—Si quieres te doy también el número de mi jefe, 190699 que es la de él,
—Pérame tantito, es que me está hablando mi jefe, pérame.
—Sí, claro.
—594891, si quieres checarla, adelante ¿eh?
—Ok, entonces quedamos el viernes a las 11, ahí en Puerto Madero, ya nadamas unas horas antes quedamos para decirte de que manera voy vestido.
—Orale, y déjame llevar a esos muchachos eh.
—Orale, así quedamos, hasta luego.
—Mucho gusto, eh.
La Crónica