Peruanos desaparecen en Tamaulipas; covid-19 complica su búsqueda

Los hermanos Villalobos, de origen peruano, desaparecieron en Ciudad Madero (Tamaulipas), cuando recién llegaba a México la pandemia de covid-19. Juan Carlos, chef de 39 años de edad, viajó a México junto con su compañera sentimental para conocer a los padres de ella.

Sin embargo, la mujer empezó a sentirse mal pues padecía un tumor cerebral, que terminó por arrancarle la vida.

La joven era oriunda de Poza Rica, Veracruz, lugar de donde Juan Carlos no se quería alejar porque todos los días iba a visitar su tumba. Hundido en su dolor, dejó de responder los mensajes de sus padres y hermanos. Emiliano Junior, su hermano de 35 años y profesor de manejo en Perú, decidió venir a México por él, para sacarlo de la depresión y llevarlo de regreso. Sin embargo, nunca más se volvió a saber de ellos.

Su desaparición ha sido un calvario para sus padres y su hermana Rosa, a quienes la pandemia de covid-19 les complica el proceso de búsqueda a la distancia. El matrimonio y su hija luchan porque autoridades mexicanas hagan su trabajo y localicen a sus familiares.

Rosa suplica al Presidente Andrés Manuel López Obrador y a la Embajada de Perú en México, que los apoyen, pues sus padres están destrozados. Comenta que fue el 1 de abril de 2020 cuando Juan Carlos y Emiliano fueron declarados como desaparecidos.

“Vivimos con el tormento de no saber nada de ellos, no es justo, son buenos hombres, no hacen daño a nadie”. Ambos tenían una vida normal en Perú. El mayor era propietario de un negocio del ramo gastronómico donde preparaba los platillos típicos de aquel país. Su pareja era mexicana y decidieron venir a ver a los padres de ella.

“Ellos tenían aquí dos años juntos y Mónica estaba bien, fue hasta que estuvieron en México cuando se puso mal y la hospitalizaron, ahí se enteró que padecía un tumor cancerígeno y falleció a los 33 años de edad en diciembre de 2019”.

El 31 de marzo, Emiliano Junior vino a México por él, pero decidieron quedarse dos semanas más para conocer estas tierras. Fue a través de una amiga en Perú que tuvo comunicación por Messenger con Juan Carlos. Rosa se enteró que sus hermanos andaban por Tamaulipas con tres jóvenes mexicanos y otro peruano.

“Iban todos en un automóvil y se hospedaron en Madero, salieron a desayunar pero nunca regresaron. Una joven que se había quedado en el hotel nos dijo que marcaba al celular de todos pero no le respondían, hasta que en la noche le contestó Juan Carlos y con la voz entrecortada le dijo que se estaba duchando, pero que ya iba”.

Esta respuesta le pareció muy extraña y así se lo hizo saber a Rosa, quien le suplicó diera parte a las autoridades. La hermana refiere que de los otros jóvenes tampoco se sabe nada, buscó a sus familiares con la esperanza de tener alguna pista pero dejaron de responder sus llamadas y mensajes.

A Rosa no le es posible desplazarse porque cuida de sus padres y de su hija. Su mamá estuvo hospitalizada por covid-19 y milagrosamente se salvó, pero no puede caminar y debe ser asistida en todo, padece hipertensión arterial, diabetes y obesidad.

“Mi mamá se ha convertido en mi prioridad, ella está muy mal, lo único que quiere es volver a ver a sus hijos”. La Red de Desaparecidos de Tamaulipas que dirige Josefina de León brindó su apoyo y el 21 de julio del año pasado, Rosa pudo hacer contacto con la Embajada.

Afirma que todo es “demasiado burocrático”, pero también la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas cuenta con toda la información del caso y se comunican de manera mensual.

“Por favor, que me devuelvan a mis hermanos, el mayor sufre del corazón, toma medicamentos, es asmático. No pierdo la esperanza de volver a verlos, tal vez puedan estar en un centro de migración, de rehabilitación o un reclusorio porque no traían todos sus documentos, les suplico, les ruego que me ayuden”. Ya no quiere ver sufrir a su madre. “Pido de rodillas que se toquen el corazón y podamos traerlos de regreso a casa”, concluyó.

Fuente; Milenio


Source: Mexico