Como era ampliamente esperado, entre abril y junio del presente año, el turismo sufrió la caída más descomunal en su historia, debido a las restricciones a la movilidad para contener el Covid-19 y por el menor ingreso disponible de las familias y empresas ante la recesión mundial.
El Producto Interno Bruto (PIB) turístico se hundió 43% durante estos tres meses, de acuerdo con la variación trimestral de los indicadores de la actividad turística que el Inegi dio a conocer esta mañana.
Se trata del tercer trimestre consecutivo a la baja, así como el descalabro turístico más profundo desde que hay cifras disponibles, a partir de 1993. El segundo peor registro se dio entre abril y junio de 2009, cuando la llamada industria sin chimeneas disminuyó cerca de 8% a consecuencia de la crisis hipotecaria que se desató en Estados Unidos, así como por la epidemia de influenza que orilló al gobierno mexicano a ordenar el cierre completo de fábricas, restaurantes, escuelas, museos, cines, entre otros establecimientos.
Con el desplome de 43%, el turismo cayó en una recesión casi tres veces más profunda que el conjunto de la economía mexicana, la cual retrocedió 17% en el segundo trimestre del año, revelan cifras del Inegi.
Como parte de la Jornada Nacional de Sana Distancia, del 23 de marzo al 30 de mayo se suspendieron las actividades relacionadas al turismo para evitar un contagio generalizado de Covid-19.
Los resultados del sector responden a que las actividades de servicios, mismas que aportan ocho de cada 10 pesos del PIB turístico, colapsaron 42% entre abril y junio, siendo el cuarto trimestre seguido a la baja.
Los servicios turísticos se refieren al transporte, alojamiento, restaurantes, comercio, segundas viviendas y tiempos compartidos, entre otros.
Al mismo tiempo, la producción de bienes turísticos, como la fabricación de artesanías y prendas de vestir, sufrió un revés de 46% y fue el tercer trimestre consecutivo en rojo.
Source: Mexico