La disminución de precipitaciones, el agotamiento de los acuíferos y el aumento de las temperaturas han hecho evidente un problema urgente: el riesgo hídrico.
El norte de México, caracterizado por su clima semiárido y suelos fértiles, ha sido históricamente una de las regionesagrícolas más importantes del país. Sin embargo, en los últimos años la sequía prolongada ha puesto en jaque a la economía agrícola de la zona.
Este fenómeno no solo afecta la cantidad de agua disponible para riego, sino que repercute directamente en los costos de producción, la estabilidad de los empleos rurales, y la seguridad alimentaria regional y nacional.
Sequía, más que falta de lluvia
La sequía no se limita a la ausencia de lluvias. También implica un desequilibrio prolongado entre la disponibilidad y la demanda de agua. En el norte del país, este desequilibrio se agrava por una infraestructura de riego insuficiente, cultivos que requieren mucha agua y un manejo ineficiente de los recursos hídricos.
Para los agricultores, la escasez de agua significa menos superficie cultivable, menor rendimiento por hectárea, y en muchos casos, el abandono de actividades productivas.
Los sistemas de riego son clave para enfrentar el riesgohídrico
Una de las estrategias más efectivas para mitigar el impacto de la sequía es la adopción de sistemas de riego para la agricultura que permitan aprovechar al máximo cada gota de agua disponible . Estos sistemas no solo mejoran la eficiencia del riego, sino que también contribuyen a estabilizar la producción agrícola incluso en condiciones climáticas adversas.
Entre las opciones más utilizadas se encuentran el riego por gravedad, el riego por aspersión y el sistema de riego por goteo. Este último destaca por su capacidad de suministrar agua directamente a la raíz de cada planta, reduciendo al mínimo las pérdidas por evaporación o escurrimiento.
El sistema de riego por goteo es especialmente útil en regiones donde el agua es escasa y los suelos son arenosos o de baja retención. Aunque la inversión inicial puede ser mayor que ensistemas tradicionales, los beneficios a mediano y largo plazo, en ahorro de agua, fertilizantes y mayor rendimiento, lo convierten en una solución rentable y sostenible.
El mantenimiento como parte de la solución
Uno de los errores más comunes en la gestión hídrica agrícola es descuidar el mantenimiento de sistemas de riego. Con el paso del tiempo, las tuberías pueden obstruirse, las bombas perder eficiencia y los emisores desgastarse, lo que disminuye la eficacia del riego y aumenta el consumo de agua y energía.
El mantenimiento preventivo y correctivo debe formar parte de una rutina permanente en las unidades de producción agrícola. Incluir capacitaciones técnicas para los trabajadores, realizar inspecciones periódicas y contar con repuestos accesibles puede marcar la diferencia entre una temporada exitosa y una pérdida total.
Además, con la ayuda de sensores de humedad, temporizadoresy herramientas digitales, es posible monitorear en tiempo real el funcionamiento del sistema, tomar decisiones informadas y ajustar el riego según las necesidades específicas del cultivo y del suelo.
El impacto económico: más allá del campo
El riesgo hídrico en el norte no es solo un problema agrícola, sino también económico y social. Las afectaciones a la producción repercuten en los precios de los alimentos, en la estabilidad laboral del sector rural y en la actividad comercial de las regiones afectadas.
Por ejemplo, estados como Chihuahua, Coahuila y Sonora, donde la agricultura representa una fuente importante de ingresos y empleo, han visto disminuir su producción de hortalizas, forrajes y frutas, generando presión en otros sectorescomo el ganadero, el agroindustrial y el transporte.
Frente a una sequía que ya no es una anomalía sino una constante, el norte del país necesita respuestas urgentes y sostenibles. Invertir en sistemas de riego eficientes, garantizar sumantenimiento adecuado y promover prácticas agrícolasresilientes son pasos clave para reducir el riesgo hídrico.
La economía agrícola del norte puede seguir siendo una fuentede desarrollo y prosperidad, pero solo si se transforma para adaptarse a los nuevos desafíos del clima. El agua es limitada, pero la innovación y la voluntad para cuidarla no deben serlo.
Source: Mexico