Cinco millones de personas buscan huir de Siria

La solución al conflicto de los refugiados sirios en el viejo continente no sólo debe provenir de los europeos, también la comunidad internacional debe actuar. No se trata de una responsabilidad únicamente de Siria, Turquía, los países vecinos o Alemania, sino global, plantearon expertos en el tema.

En rueda de medios realizada en el marco de la Conferencia Internacional Metrópolis 2015, organizada por la UNAM, Murat Erdoğan, de la Universidad Hacettepe, de Ankara, Turquía, refirió que de abril de 2011 a la fecha, en Siria –cuya población era originalmente de 22.8 millones– han muerto más de 250 mil personas, más de un millón han sido heridas, más de cinco millones han huido de su nación y más de seis millones han sido reubicadas dentro de su territorio.

Además, de tres a cinco millones más esperan la oportunidad de huir. “Es un tema dramático porque no hay esperanza de paz ni seguridad”, dijo el experto.

Dentro de esta crisis humanitaria, la más grande y dramática desde la Segunda Guerra Mundial, Turquía se ha convertido en el país que ha recibido más refugiados en el planeta, con alrededor de dos millones de sirios.

Erdoğan aludió a que ahí 55 por ciento de la población refugiada tiene menos de 18 años de edad; hay más de 380 mil niños entre cero y cuatro años, “y anteriormente ya se había registrado el nacimiento de más de 100 mil bebés sirios, lo cual lleva a grandes problemas”. Un ejemplo es el costo financiero, 5.6 a seis mil millones de dólares.

Howard Duncan, presidente ejecutivo del Proyecto Metrópolis, explicó que la crisis de refugiados sirios es un problema complejo, resultado de un conflicto interno, de intereses geopolíticos regionales y aún más amplios, debido a la intervención de naciones extranjeras.

“No estamos preparados para manejar la situación actual, ni como Estados individuales, ni como comunidad internacional. Ésta no sólo es una responsabilidad de Siria o Turquía, sino global”.

Más de 150 países han firmado la Convención de Ginebra para Refugiados, pero sólo alrededor de 30 han acordado reubicarlos, y ésta es parte de la razón por la que es tan difícil trasladar a los sirios. En Líbano hay una oficina de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) llena de personas que son verdaderos refugiados, pero no hay territorio que los acepte.

En tanto, Emiliano García Coso, director de la maestría en Relaciones Internacionales de la Universidad de Comillas, España, sostuvo que en Europa “no hemos sido capaces de arbitrar un sistema que nos permita repartir solidariamente la demanda”.

El principal problema, consideró el académico, es que se intenta poner soluciones al efecto, pero no a la causa de la presencia masiva de solicitantes de refugio y asilo.

Europa ha planteado la necesidad de repartir entre los 28 Estados miembros de la Unión los 200 mil solicitantes de asilo que se prevé habrá en los próximos meses, dado que la situación en Siria y Libia sigue igual de compleja.

Pero la solución debe venir de la comunidad internacional y ya hay muestras en países como Venezuela, Australia y Gran Bretaña, que han externado su disposición de recibir población siria.

No obstante, hay temor de muchos Estados de la Unión Europea a aceptar una cantidad importante de personas y que dentro de ella puedan estar individuos vinculados a grupos terroristas como Al Qaeda. Entonces, “parece que priva la seguridad frente a los derechos humanos”, sentenció García Coso.

Para Thomas Straubhaar, de la Universidad de Hamburgo, la migración y los flujos de refugiados pueden ser problemáticos si son demasiados, si llegan en poco tiempo y son distintos a quienes viven en la nación vecina. “Se trata de un asunto que no se puede resolver de manera unilateral, desde la perspectiva del país destino”.

En Alemania el principal conflicto al respecto es si se les debe permitir trabajar a los solicitantes de asilo. Ellos pueden contribuir a los costos involucrados en su apoyo, pagar impuestos y así reducir la carga para los alemanes en términos generales; además, los datos muestran que hay población perfectamente calificada.

Sin embargo, si se les permite será un incentivo, una señal para quienes viven en condiciones adversas, de que pueden llegar a ese mercado laboral y se crearían más refugiados, consideró.

Por último, Silvia Núñez García, directora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte y coordinadora académica de la Conferencia Internacional Metrópolis 2015, destacó el compromiso institucional de la UNAM de sumar a esta importante actividad una discusión sobre el horizonte que se vive en Europa por la llegada masiva de refugiados.