“El Estado debe regular mercado de la droga”

El ex presidente de Colombia César Gaviria se enfrentaba hace un cuarto de siglo a Pablo Escobar y al grupo de “Los extraditables” que extendían la violencia, el secuestro y la corrupción por el país. Años después, Ruth Dreifuss, por aquel entonces presidenta de Suiza, reformaba la política prohibicionista de drogas en su nación: propuso el uso médico de la heroína para combatir la adicción a las drogas. Ahora, junto a otros ex mandatarios como Ernesto Zedillo y Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, son algunas de las principales voces que defienden la necesidad de un cambio global en la política de drogas.

Gaviria y Dreifuss, integrantes de la Comisión Global de Política de Drogas (GCDP, por sus siglas en inglés), consideraron que el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) —que hace unos días aprobó el uso recreativo de la marihuana— representa un hito en una región.

“Esto tendrá un impacto muy grande porque todo el hemisferio es consciente de que el país más afectado por el problema de la droga es México, que a partir de ahora será mirado por todo el mundo para ver cómo cambia sus políticas y hacia dónde se dirige”, explicó Gaviria durante su visita por México, donde presentó el informe Asumiendo el control: Caminos hacia política de drogas más eficaces.

“Los países que han tenido guerra son naciones mucho más endurecidos al cambio de política. En mi país es igual, la palabra legalización genera mucho rechazo. Pero también sabemos que si nosotros no cambiamos y México no cambia, Estados Unidos se va a tomar quién sabe cuántos años cambiando, o sea que vamos a seguir poniendo miles y miles de muertos para que Estados Unidos cambie una política que ya reconoce como fallida”, agregó.

Para Gaviria “el fracaso de la política en Estados Unidos es porque los controles fracasaron, la gente está optando por la legalización porque sabe que la prohibición falló. No hay que simplemente pensar en que la gente consuma drogas sin límite, lo que hay que pensar es que el Estado se sume a la responsabilidad de regular los consumos de drogas con todas las exigencias que quiera hacer, pero regularlos y tomar el control de los mercados”.

El también ex dirigente de la Organización de Estados Americanos (OEA) consideró que México tiene autoridad moral en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Drogas (abril de 2016), donde debe asumir un papel de liderazgo tras hacer un esfuerzo interno para cambiar su política de drogas.

Dreifuss apuntó que casos como el de México son pequeños pasos para terminar con la política prohibicionista. “El punto de la GCDP es la necesidad de realmente regular el mercado de la droga, desde la producción hasta el consumo final, y no dejarlo en manos criminales”, dijo.

Las soluciones parciales como la lucha contra el crimen organizado, el “lavado” de dinero o la corrupción, así como la prioridad política de salud pública de reducción de daños y desarrollo para la población que ahora cultiva las sustancias, añadió, no va a resolver realmente el problema. “Hemos abandonado en manos criminales un mercado de 300 mil millones de dólares. Hay que acabar con la prohibición, el Estado debe regular el mercado de la droga”.

Los ex presidentes confiaron en que si casos de regulación de la marihuana como el uruguayo y de algunas regiones de Estados Unidos funcionan, pronto se abrirá el debate hacia otras drogas como la heroína y la cocaína, que pueden tener un control médico y reducir sus daños.

Respecto a lo que puede aprender México sobre Colombia en la guerra contra las drogas, Gaviria concluyó: “Tenemos un recorrido más largo: una Policía Nacional con más experiencia, que tiene más respeto, que finalmente tiene una formación de casi 30 años. Tenemos un sistema de justicia penal más eficaz con mejores instrumentos para enfrentar los problemas de las mafias y las organizaciones criminales. Tenemos un pie de fuerza entre fuerzas armadas y policía mucho más grande que el de México, gastamos mucho más en seguridad, como cuatro veces más. Entonces, sí hay cosas para aprender de Colombia, pero uno tiene que ser consciente de que ninguna de esas va a resolver el problema. Este conflicto no está terminando, estamos aún en una etapa en la que el problema está creciendo y eso es preocupante”.

 

Información de: El Universal