A sus 14 años, Megan Crabbe estaba inmersa, como muchas adolescentes, en un mundo de la cultura pop que elogia cuerpos magros y tallas pequeñas. Hoy, tras ganarle la batalla a la anorexia, hace activismo por Instagram para que las mujeres acepten sus curvas.
El consumo de fotos de modelos excesivamente delgadas llevó a Crabbe a someterse a rigurosas dietas.
Llegó a pesar menos de 30 kilos, y a los 15 años, al borde de la muerte, fue ingresada al hospital.
En cuestión de dos años logró recuperarse y ahora, a sus 22 años, espera convencer a sus más de 100.000 seguidores de su cuenta @bodyposipanda en la red social Instagram que el peso no lo es todo.
Para ello publica fotos mostrando sus curvas, sus celulitis y su abdomen rollizo.
“(A mis 14 años) no había mucha lógica en lo que hacía, no veía lo que estaban viendo los demás”, le cuenta Crabbe a BBC 5Live.
La anorexia es un trastorno alimenticio en el que la persona tiene una percepción distorsionada de su propio cuerpo.
Esta joven confiesa que no puede culpar a problemas familiares el hecho que desarrollara este trastorno.
“Mi familia siempre me ha apoyado en todo. Creo que la influencia vino de la cultura popular en la que estaba tan inmersa, como el resto de mis amigos”.
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