Libre tras 30 años, estadounidense que espió para Israel

De madrugada y lejos de cualquier cámara de televisión, Jonathan J. Pollard, uno de los espías más famosos de la historia en Estados Unidos, salió este viernes de la cárcel del Carolina del Norte en la que ha pasado los últimos 30 años de su vida por vender información a Israel, informa El País.

Pollard, nacido estadounidense, fue descubierto en 1985, en una época en la que la que algunos casos de corrupción y frecuente aparición de topos destapó las debilidades de los servicios de inteligencia americanos, y condenado a cadena perpetua dos años después.

Pollard tenía 31 años cuando fue arrestado, queda ahora libertad bajo condiciones y vivirá probablemente en el área de Nueva York, aunque no se ha confirmado esta información por parte de sus abogados, pero no podrá mudarse de momento a Israel. El Gobierno israelí, que no había reconocido abiertamente aún que trabajaba para ellos, le concedió la nacionalidad en los 90. Aprovechando su puesto como analista en los servicios de inteligencia de la Marina de EE UU, estuvo pasando grandes cantidades de información información armamentística y de seguridad a cambio de dinero y joyas.

El descubrimiento causó estupor en la Administración de Ronald Reagan porque se consideró una traición por parte de su aliado israelí y también cuestionó la credibilidad de los servicios de inteligencia americanos. La CIA incluye Capturar a Jonathan Pollard, de Ronald J. Olive, entre las lecturas recomendadas a sus agentes y recuerda que este se incorporó a la Marina estadounidense tras haber sido rechazado para la CIA.

Pollard, nacido en Texas y formado en la Universidad de Stanford y la escuela de Derecho y Diplomacia de Tuffs, contaba a sus compañeros de estudios fantasías sobre el espionaje y se declaraba coronel del Mossad, según relata en su libro Olive, que es quien capitaneó la investigación que acabó en el arresto. La obra pone sobre la mesa los errores del sistema que hicieron posible que un hombre que cometía numerosas torpezas en su trabajo secreto, y que tan solo estuvo en esa unidad durante 18 meses, pudiese convertirse en un proveedor de información tan importante.

Desde su condena por espionaje y traición en 1987, los diferentes dirigentes israelíes han pedido su excarcelación a la Administración de Estados Unidos, argumentando que la condena era demasiado grave para la filtración de unos documentos que no causaron daños. Y este asunto siempre ha estado sobre la mesa entre las negociaciones entre ambos países socios, pero precisamente por lo simbólico del caso, era más difícil una concesión por parte de EEUU.

Los abogados han presentado una demanda contra la Comisión de Libertad Condicional de Estados Unidos, en la que solicitan que se eliminen la exigencia de no poder viajar o llevar un brazalete de identificación.

“La idea de que, después de haber luchado y finalmente obtenido su liberación tras 30 años en la cárcel, el señor Pollard revele ahora información caduca de más de 30 años de antigüedad a alguien es absurda. Aparte de que la información no tiene ningún uso, revelarla resultará en una rápida vuelta a la cárcel”, indicaron sus letrados, Eliot Lauer y Jacques Semmelman, en un comunicado.

Fuente: El País