Los ataques aéreos de EE.UU. y sus aliados, dirigidos contra las supuestas posiciones terroristas, han causado la muerte de ocho civiles en Siria.
El opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) ha informado este miércoles que los ataques de dicha coalición fueron lanzados presuntamente contra un depósito de armas perteneciente a los integrantes del grupo takfirí Yeish al-Suna, en la región de Atmeh, en el noroeste de la provincia de Idlib.
“Hubo un total de 18 personas muertas. Ocho de ellas eran civiles, incluidos dos mujeres y cinco niños”, ha anunciado el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, para luego añadir que “se registró una gran explosión después de los ataques”.
El OSDH, además de condenar los ataques aéreos de EE.UU. contra zonas civiles, ha instado a la coalición a neutralizar las zonas que están habitadas por civiles de cualquier operación militar.
EE.UU. comenzó el pasado 8 de agosto a bombardear varias regiones de Irak, so pretexto de combatir a Daesh y, el 23 de septiembre, amplió su campaña a Siria en el marco de una coalición en la que participan varios de sus aliados regionales y occidentales.
Los ataques de esta coalición internacional, según los funcionarios sirios e iraquíes no han logrado cesar el avance del grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe).
El pasado 3 de agosto, la organización de periodistas independientes Airwars informó que, hasta el momento, la coalición internacional que alega luchar contra el grupo takfirí EIIL ha lanzado más de 5700 ataques contra esta banda terrorista en Siria e Irak y resaltó que, en esas incursiones, unos 459 civiles, entre ellos unos 100 niños, han perdido la vida.
Tanto el Gobierno de Irak como el de Siria cuestionan la efectividad de dichos bombardeos pues, además de matar o herir a muchos civiles, han causado serios daños a la infraestructura de sus países.
HispanTV