Zianna Oliphant, una niña de 9 años de edad que vive en Charlotte, Carolina del Norte, expresó entre lágrimas el sentir de los millones de afroamericanos que viven en Estados Unidos, quienes al igual que ella ven cómo son tratados de manera diferente por los demás.
“He venido aquí para hablar sobre cómo me siento. Siento que somos tratados diferente respecto a otra gente. No me gusta cómo somos tratados, sólo por ser negros no significa nada para mí”, expresó la pequeña frente a decenas de personas durante una sesión abierta en el ayuntamiento de Charlotte, ciudad que ha estado en el ojo del huracán debido a las protestas masivas originadas tras la muerte de ciudadanos afroamericanos a mano de la policía.
Con la voz entrecortada y visiblemente emocionada, la menor mencionó que las protestas realizadas en los últimos días en Charlotte tienen cómo único objetivo exigir la garantía de los derechos de las personas afroamericanas.
“Yo creo que somos gente negra y no deberíamos sentirnos así. No tendríamos que estar protestando porque nos estén tratando mal. Lo hacemos porque necesitamos tener derechos”, dijo la menor provocado los aplausos de los presentes.
Zianna aseguró que durante su corta vida jamás se había sentido mal por su color de piel y calificó como vergonzoso que la policía mate a hombres y mujeres inocentes.
“He nacido y crecido en Charlotte y nunca me haba sentido así hasta ahora y no puedo soportar la forma en la que nos tratan. Es una vergüenza que maten a nuestros padres y madres y que no podamos verlos más. Es una vergüenza que tengamos que ir al cementerio y enterrarlos. Tenemos lágrimas y no deberíamos tener lágrimas, necesitamos a nuestros padres y madres a nuestro lado”.
Desde hace una semana se han registrado protestas en el centro de Charlotte, que en las primeras jornadas fueron violentas, debido a la muerte de Keith Lamont Scott, un afroamericano de 43 años tiroteado ese día por la Policía.
En los altercados del miércoles una docena de agentes de la policía resultaron lesionados, mientras que el jueves uno de los manifestantes murió de un disparo en la cabeza, lo que provocó el toque de queda y la activación de la Guardia Nacional para controlar la violencia.
Una semana después de los fuertes disturbios registrados en Charlottetras la muerte de Keith Lamont Scott, éste día un agente de policía de El Cajón, California, mató a otro ciudadano afroamericano que le había apuntado con sus dos manos simulando tener una pistola.
Tras lo ocurrido, unas 200 personas, se concentraron para protestar frente a la comisaria de la localidad, situada a las afueras de San Diego.
El jefe de la Policía de El Cajón, Jeff Davis, explicó que dos de sus agentes abordaron durante al hombre en la tarde del martes en una calle y que éste se negó a obedecer “múltiples órdenes” mientras mantenía sus manos en los bolsillos.
Sin Embargo