Unos 200 millones de personas en América Latina corren el riesgo de caer de nuevo en la pobreza si los gobiernos no adoptan medidas de redistribución de la riqueza, según un nuevo informe de Oxfam.
El informe “Privilegios que niegan derechos” de la organización humanitaria internacional Oxfam indica que más de la cuarta parte de la población latinoamericana (165 millones) era pobre en 2013, con 69 millones en la indigencia, a pesar de que la pobreza de la región se redujo del 44 al 28 por ciento entre 2002 y 2012, detalla HispanTV.
“Con este nuevo informe damos a conocer que en América Latina, el 1 % más rico de la población posee el 41 % de la riqueza. Y de mantenerse esta tendencia, en tan solo ocho años, el 1 % acaparará más riqueza que el 99 % de la población restante”, ha alertado este miércoles el director ejecutivo de Oxfam México, Ricardo Funtes-Nieva.
Funtes-Nieva ha explicado que “la concentración de riqueza va unida a la concentración del poder”, lo cual “está produciendo un ‘secuestro de la democracia’, en el que los estados dejan de estar al servicio de las necesidades de la ciudadanía”.
La ONG ha pedido a los países latinoamericanos que la reducción de las desigualdades -económicas, sociales y de poder- sea una prioridad política en esta región, la más desigual de todo el planeta en el reparto de ingresos y tierras.
A este respecto, ha recordado que esta semana, en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU) que se celebra en Nueva York (EE.UU.), se han aprobado los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen la promesa de “erradicar la pobreza extrema y luchar contra la desigualdad para el año 2030”.
“Esta promesa es imposible de cumplir sin políticas que ataquen la desigualdad extrema y que permitan a los más pobres beneficiarse más del crecimiento económico, priorizando la inversión en la salud pública y la educación, garantizando salarios dignos y revisando las políticas fiscales”, ha dicho el director ejecutivo.
En concreto, Oxfam ha propuesto romper con los modelos de concentración de riqueza, poner fin al secuestro de la democracia, asegurar la provisión de servicios públicos, apostar por un modelo económico que supere la dependencia de la extracción de materias primas y asegurar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.