Markelus Carter, un hombre acusado de haber cometido un homicidio en 2009, fue encerrado junto con Steven Upham, un reo que testificaría en su contra durante su juicio, en la misma celda, lo que desató un violento encuentro entre ambos criminales.
Tras dos minutos de golpes y jaloneos, los guardias de la prisión entraron a la celda para pacificar la pelea, lo que permitió que el juicio se llevara a cabo sin postergación alguna.
De acuerdo con Upham, Carter se le acercó un día para confesarle su crimen, por lo que contaba con información de primera mano que sería útil para extender la condena del homicida.
Según las autoridades locales, el encierro de los dos hombres en la misma celda fue un error.