El estío es una época muy interesante para disfrutar del cielo. Con la subida de las temperaturas, sumada al hecho de que gran parte de los fenómenos han de ser vistos de noche, se crean unas condiciones muy idóneas para estar al aire libre y pasar un rato agradable mirando las estrellas y constelaciones.
Aunque las Perseidas son el acontecimiento celeste más famoso, también habrá conjunciones, eclipses lunares y solares y algunos planetas que se dejarán ver en el cielo. Emilio García, de la Unidad de Comunicación y Divulgación del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), recomienda “alejarse de las luces de la ciudad, y con unos buenos prismáticos o simplemente con la vista, disfrutar de estos fenómenos”.
Las Perseidas, el gran evento astronómico del verano
La conocida lluvia de estrellas conocida como Perseidas -o Lágrimas de San Lorenzo en los países de tradición católica- este año alcanzará su punto álgido durante la madrugada del 11 al 12 de agosto, aunque estará activa desde mediados de julio hasta finales de agosto. García, del IAA, concreta que las lluvias de estrellas entendidas desde un punto de vista astronómico tienen mucho que ver con los cometas. “Los cometas, cuando orbitan alrededor del sol, dejan un rastro de pequeñas partículas de polvo de mayor o menor tamaño a lo largo de la órbita que van trazando. Cuando la Tierra al orbitar alrededor del Sol atraviesa esa nube de partículas, estas caen sobre la atmósfera terrestre a gran velocidad, calentándose y terminando por evaporarse, dejando una traza luminosa en el cielo: las famosas estrellas fugaces”, explica.
En los momentos de mayor actividad, pueden verse cerca de 100 estrellas fugaces por hora en condiciones óptimas de visibilidad
Las Perseidas suceden siempre a mediados de agosto, concretamente cuando la Tierra atraviesa el rastro de partículas que deja el cometa 109P/Swift-Turtle en su órbita. En los momentos de mayor actividad, pueden verse aproximadamente 100 estrellas fugaces por hora en condiciones óptimas de visibilidad. La justificación de su nombre está en la zona del cielo de la cual parecen provenir estas estrellas fugaces: la constelación de Perseo. Es recomendable buscar un lugar oscuro y alejado al máximo de ciudades, pueblos u otras posibles fuentes de luz. “El único inconveniente es que este año la luna va a estar presente, aunque no va a interferir demasiado”, añade César González, divulgador de astronomía del Planetario de Madrid. García, por su lado, opina que “siempre que se pueda, y haga buena noche, lo mejor es tumbarse en el suelo y mirar al cielo a simple vista, sin prismáticos ni telescopios”.
Hasta cinco planetas se dejarán ver en el cielo
Desde el Planetario de Madrid, apuntan que se podrán ver con bastante claridad los planetas Saturno y Marte. “Quien tenga un telescopio podrá ver Saturno y sus anillos, y aunque ya pasó la fecha en que Marte estuvo más cerca de la Tierra, se va a poder seguir viendo bastante bien a simple vista durante todo el verano”, concreta González. Para poder ver estos dos astros, habrá que mirar en dirección de la constelación del Escorpión. Marte concretamente se moverá entre el Escorpión y las constelaciones cercanas, como Libra y Ofiuco.
“Marte se puede ver como un punto rojizo -para los ojos entrenados- en el cielo vespertino, y como ahora está muy cerca de la Tierra su brillo reflejado por el sol es espectacular”, opina García. Júpiter ya se puede ver en dirección del horizonte oeste al atardecer, pero hasta mediados de agosto no se podrá apreciar en las mejores condiciones. Para observar los anillos de Júpiter bastará con un pequeño telescopio y un cielo en buenas condiciones, mientras que, como indican desde el IAA, para observar estructuras en Marte es necesario tener un equipo más potente y recurrir a la astrofotografía. “Se pueden conseguir imágenes muy buenas con un telescopio de 25 centímetros, como las que toman los muchos y muy buenos aficionados a la astronomía que tenemos en España”, indica García. Urano también se puede observar sobre el horizonte, y durante toda la noche del 3 de septiembre Neptuno se verá también en el cielo, pero su débil brillo hará necesario contar con unos prismáticos. García concreta que “como son planetas tan alejados, es muy difícil verlos, y en cualquier caso aparecerán como unos aburridos puntos de luz”.
Según indican desde el IAA, todos los fenómenos astronómicos que tengan que ver con Venus han de ser observados tras la puesta de sol
Por otro lado, durante los días previos y posteriores al 27 de agosto, se podrá ver a Júpiter y a Venus muy próximos en el cielo, fenómeno al que se conoce como “conjunción”. Aunque por la posición orbital en la que se encuentran parecen estar muy juntos, lo cierto es que realmente están separados por una enorme distancia. Según indican desde el IAA, todos los fenómenos astronómicos que tengan que ver con Venus han de ser observados tras la puesta de sol, y aunque se podrá ver a simple vista o con unos prismáticos, quienes cuenten con un telescopio serán capaces incluso ver los satélites de Júpiter si las condiciones de oscuridad son relativamente buenas. Se trata de un evento frecuente, que ocurre de media una vez al año. “Sin embargo, es muy bonito ver esos dos puntos luminosos tan juntos en el cielo y pensar que uno es una inmensa bola de gas y el otro un infierno en el que el plomo se funde, o al menos a mí me lo parece”, confiesa García. La conjunción tendrá lugar a muy baja altura sobre el horizonte oeste, lo que según indican desde el Planetario de Madrid equivaldría a “extender el brazo y poner tres dedos meñiques sobre el horizonte”. “Al estar a tan baja altura lo más conveniente es buscar una zona donde el horizonte oeste esté despejado”, explica González.
Los eclipses, siempre protegiendo nuestra vista
Cada año suele haber dos o tres eclipses de luna, y aunque este verano tendrán lugar dos de ellos, el que sucederá en agosto no podrá verse desde España. El eclipse lunar restante podrá ser visto en nuestro país el día 16 de septiembre. Se tratará de un eclipse lunar penumbral, lo que quiere decir que solo se oscurecerá una pequeña proporción, para nada comparable con un eclipse total. “Esto se debe a que de la sombra de la Tierra, la luna solo atravesará su penumbra y no su umbra”, especifica García.
También habrá un eclipse de sol el día 1 de septiembre, y aunque no se podrá ver desde España, sí podrán hacerlo quienes estén en África, Asia o Australia. Será tratará de un eclipse anular, lo que quiere decir que el disco de la luna no tapará completamente el disco del sol. “Aún así, nunca se deben mirar los eclipses con radiografías, gafas de sol ni películas veladas. El sol es una fuente de luz muy poderosa y hay que utilizar gafas fabricadas al efecto, homologadas y con unos filtros adecuados para mirar el sol”, recuerda González.
Fuente: El País