Durante todo el día del pasado martes 10 de mayo, una joven francesa de 19 años anunció en su cuenta de Periscope que llevaría a cabo un “evento impactante”, que sería mostrado en directo en las próximas horas, “no para hacer escándalo, sino para hacer llegar un mensaje”.
Sentada en su sofá, desde donde fumó cigarrillos mientras conversaba con sus seguidores, la joven contestó las preguntas que, los cerca de mil “amigos”, le estaban haciendo sobre lo que pretendía hacer.
“¿Cuánto tiempo va a durar? No mucho tiempo. No va a durar mucho, lo prometo”, respondió.
En ese momento nadie imaginaba que unas horas más tarde pasaría lo irremediable en vivo y en directo, con todas las posibilidades que permite una plataforma como Periscope.
Después de varias horas de conversar con sus seguidores en la aplicación, salió de su casa sin precisar a dónde se dirigía (aún Periscope), durante la conversación confesó haber sido violada por su expareja, además de sufrir todo tipo de violencia y malos tratos.
Mientras caminaba, seguía su conversación en directo, relataba la violación, nombró a su agresor y compartió que, desde ese día “había entrado en una etapa en la que nada me hace feliz, no tengo ningún propósito, y no tengo nada que me dé fuerza para levantarme todos los días”.
Eran las 4:29 de la tarde cuando se logró ver que se había dirigido a la estación de trenes RER C de Egly, en el norte de París, y saltó sobre las vías del tren. Los usuarios vieron con impotencia la muerte de la joven de 19 años, y los seguidores, que continuaron escribiendo después del suceso, pidieron llamar a la policía y, los que la conocían, avisar a su familia, otros confirmaban que se había tratado de un suicidio en vivo.
El escalofriante video termina con la llegada de un policía que toma el teléfono antes apagar la aplicación.
¿En realidad, hizo llegar su mensaje?
¿Qué lleva a una persona a querer trasmitir un suicidio a través de una red social? Este es quizá uno de los primeros casos de suicidio online, pero solo porque la red fue creada recientemente, ya que existen muchos casos y factores que llevan a las personas a cometer estos actos en la esfera social.
Si alguien todavía duda de la importancia que tienen las redes sociales para el proceso del duelo, nada más hay que mirar en Facebook, donde las expresiones públicas de dolor se han convertido en una práctica central del proceso de desahogo de las nuevas generaciones.
“Los medios sociales pueden actuar como un catalizador para el dolor y soledad de las personas. Estos espacios son un grito de calidez y simpatía, pero de otra clase, porque se dan a la distancia en un ambiente superficial”, explica Tomas Chamorro-Premuzic, profesor de psicología empresarial de la Universidad de Londres. “La simpatía que muestra la gente en las redes sociales por otras personas en ‘likes’ sí son genuinas, y no menos importantes de reconocer, ya que la persona en cuestión busca ese apoyo y reconocimiento, pero en un lugar donde la admiración y el estado de aprobación es la norma”.
Entre la información, las imágenes y la solidaridad, que se manifiestan con mucha velocidad, se abre un abismo sobre las posibilidades y limitaciones del uso de las redes sociales ante una crisis.
La muerte de un ser querido, del ser querido de un amigo, de una mascota, de una celebridad, o el proceso de una depresión, son eventos que hacen de nuestra vida online un espacio en donde a menudo elegimos mostrar las emociones, las tragedias y una manera muy particular de lidiar con la muerte, los traumas y las confesiones.
En este sentido ¿qué papel juegan las redes sociales durante acontecimientos dramáticos en la vida de una persona?¿Qué tan importantes se han convertido estos espacios para la asimilación de los duelos, las tragedias y las confesiones?
Para hacer frente a estas cuestiones, diversos estudios realizados por The National Center for Biotechnology Information proporcionan una visión general de las formas en que las redes sociales pueden afectar la psicología de una persona, de manera positiva o negativa, y en este sentido, acelerar el comportamiento suicida.
Redes sociales y suicidio: conflicto de salud pública
Cada vez existen más pruebas de que el Internet y las redes sociales pueden afectar la conducta relacionada al suicidio. La cuestión es, si esta influencia representa un riesgo importante para la gente y cómo esto puede ser tratado como un asunto de salud pública.
Por un lado, las redes sociales son un fenómeno relativamente nuevo que ha invadido el mundo en la última década. Estos medios fusionan tecnología con interacción social a través de aplicaciones, blogs y sitios que permiten un intercambio permanente de todo tipo de contenido.
El aumento de los casos de suicidio que involucran redes sociales, y que son muy publicitados, están llamando la atención internacional sobre este tópico.
Los investigadores están interesados en saber si el Internet ayuda o no a la prevención del suicidio, pero los intentos de evaluar la influencia que puede tener en el comportamiento son difíciles de determinar, debido a la compleja relación que existe entre su uso y el acto; más por lo intrincado de las leyes involucradas como cuestiones de la libre expresión o la libertad civil en esta clase de foros.
Los riesgos en la web
Existen formas muy específicas en que las redes sociales pueden aumentar el riesgo del comportamiento suicida. El bullying cibernético y el acoso, son problemas graves y frecuentes en la Web donde personas de todas las edades salen lastimadas.
Una revisión de los datos recogidos entre 2004 y 2010, de diferentes estudios, indicaron que las tasas de victimización del bullying en internet oscilaron entre el 21 y el 41 por ciento, mientras que las de agresión real fueron menores, de 12 al 20 por ciento.
Ya sea que el cyberbullying, esté o no relacionado de manera directa con el suicidio, este ya ha sido catalogado como cyberbullicidio.
Un estudio realizado en conjunto por la empresa Hinduja y el Doctor Justin W. Patchin, director del Cyberbullying Research Center, sobre aproximadamente 2 mil niños que indicaron haber sido víctimas de acoso cibernético, indicó que estos eran casi 2 veces más propensos al suicidio.
A pesar de que el acoso cibernético no puede ser identificado como un único indicador del suicidio en adolescentes y jóvenes adultos, sí puede ser un factor que aumente el riesgo y la amplificación del aislamiento, la inestabilidad y la falta de esperanza para aquellos con una situación emocional preexistente o psicológicamente estresante.
Por otro lado, las páginas de videos han ganado presencia y popularidad, sobre todo desde la creación de YouTube en 2005.
La principal preocupación con los videos de suicidio y autolesiones, es que ayudan a normalizar y reforzar dichas conductas además de causar desinhibición en las personas. Todo lo anterior ha demostrado que obtener información en Internet de cómo suicidarse sigue siendo muy fácil.
Problema mundial
Más de 1 millón de muertes por suicidio ocurren en todo el mundo cada año. Y el papel que el Internet, y las redes sociales en particular, podrían tener en el comportamiento relacionado con este, es un tema de creciente interés y debate.
Una inmensa cantidad de información sobre “suicidio”, “métodos de suicidio”, “cómo matarte a ti mismo”, y “mejores métodos para morir” salió a relucir en el estudio de The National Center for Biotechnology Information como resultado de una búsqueda sistemática.
De los anteriores se analizaron 240 sitios diferentes donde se constató que casi la mitad eran prosuicidas que dan información concreta sobre el acto.
También había salas de chat que discutían cuestiones asociadas al suicidio.
En conjunto, los estudios demostraron que obtener información detallada y los métodos en la web es aún demasiado fácil.
Fuente: Reporte Índigo