Turquía deporta a periodista acusada de espía

Turquía ha deportado a la periodista holandesa Fréderike Geerdink porrazones relacionadas con su cobertura del conflicto kurdo en Turquía. Según ha constatado ABC, Geerdink se encuentra desde anoche en Ámsterdam e ignora cuándo podrá regresar al país. Geerdink ha sido acusada de “penetrar ilegalmente en una zona restringida y participar en acciones que ayudan a una organización terrorista”.

Geerdink tenía plena acreditación como corresponsal, y era la única periodista extranjera que residía en Diyarbakir, la capital de las regiones kurdas de Turquía. Fue detenida el pasado día 6 junto a varios activistas kurdos en Yüksekova, muy cerca de las fronteras con Irán e Irak. Un alto funcionario turco aseguró entonces a la agencia Reuters que había sido detenida “por su propia seguridad”.

“Fréderike no ha sido detenida por ejercer el periodismo. Estaba en una zona de seguridad donde hay combates. Debido a ello, no podemos garantizar su seguridad, así que ha sido detenida mientras siguen las investigaciones”, afirmó el funcionario.

Geerdink ha sido acusada de “penetrar ilegalmente en una zona restringida y participar en acciones que ayudan a una organización terrorista”. Según su abogado, Davut Uzunköprü, la deportación ha sido ordenada por el gobernador de la región suroriental de Hakkari, aprovechando una ley que permite a las autoridades regionales expulsar a los extranjeros sospechosos de infringir la ley.

La propia Geerdink ha informado a otros periodistas en Turquía de que se ha visto obligada a firmar un documento aceptando salir «voluntariamente» del país. «Si no lo hubiese hecho, se me habría prohibido volver a Turquía durante cinco años. Ahora ese tiempo podría ser menor», ha explicado.

“Esta deportación envía una señal escalofriante de que las autoridades no quieren información independiente sobre el delicado tema kurdo en el sureste de Turquía”, afirma Robert Mahoney, el vicedirector del Comité para la Protección de los Periodistas. “Hacemos un llamamiento al gobierno en Ankara a que permita a los periodistas que informen libremente desde esa región, y que levante la orden de deportación contra Fréderike Geerdink”, dice en un comunicado.

Esta deportación se produce apenas unos días después de que dos reporteros británicos de VICE News, Jake Hanrahan y Philip Pendlebury, fueran también acusados de terrorismo y expulsados del país. Su traductor, Mohammed Ismael Rasool, continúa encarcelado.

Conocida por sus simpatías hacia la causa kurda, sin duda Geerdink se trata de una persona incómoda para las autoridades turcas. Recientemente había terminado un libro sobre la masacre en Uludere, una aldea fronteriza con Irak (conocida en kurdo como Roboski) donde más de una treintena de contrabandistas murieron en un bombardeotras ser tomados por guerrilleros del PKK. El libro, escrito en holandés, está a punto de ser publicado en inglés y turco.

La periodista ya había sido detenida y llevaba a juicio este año por presunto «apoyo al terrorismo» a través de sus escritos. En abril, sin embargo, fue absuelta de todos los cargos.

El caso es muy similar al experimentado por la periodista Aliza Marcus, de la agencia Reuters, expulsada en 1995 por su cobertura de la destrucción masiva de aldeas kurdas que estaba llevando a cabo el Ejército turco. Desde entonces, en Turquía solo se ha producido otro caso de deportación de un corresponsal acreditado: el aterí Mahir Zeynalov, en 2014, expulsado por sus estrechas relaciones con la cofradía del teólogo Fethullah Gülen, al que el gobierno de Erdogan considera uno de sus principales enemigos.

En 2013, otro periodista holandés, Bram Vermeulen, fue asimismo informado de que no se le renovaría su acreditación, aparentemente por una entrevista que había hecho a miembros del grupo armado de extrema izquierda DHKP-C, que el gobierno turco considera una organización terrorista. Sin embargo, las protestas formales del gobierno holandés y la Unión Europea, así como la mediación del entonces presidente Abdullah Gül, hicieron dar marcha atrás a las autoridades turcas.

Fuente: ABC