Vinculan al autismo con la contaminación del aire

Los niños cuyas madres estuvieron expuestas a altos niveles de partículas finas contaminantes en el aire en la última etapa del embarazo tienen hasta dos veces más riesgo de desarrollar autismo que los demás niños, informaron científicos de la Escuela de Salud Pública de Harvard, según detalló el portal HispanTV.

Cuanto mayor sea la exposición a partículas finas emitidas por incendios, vehículos y chimeneas industriales, mayor es el riesgo, concluyó el estudio, publicado en Environmental Health Perspectives.

Investigaciones previas también hallaron una conexión entre el autismo y la contaminación, entre ellas un estudio del 2010 que concluyó que el riesgo de sufrir este trastorno se duplicaba si una madre, durante su tercer trimestre, vivía cerca de una autopista.

Pero ésta es la primera vez que se analiza el vínculo en Estados Unidos y “brinda respaldo adicional” a una posible relación, afirmó Heather Volk, del Hospital Infantil de la Universidad de Carolina del Sur, quien encabezó estudios anteriores.

Aunque el autismo tiene una base genética fuerte, la creciente evidencia ha llevado a los científicos a investigar también causas ambientales, ya que los genes no cambian tan rápido como para explicar el aumento.

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo crónico que produce dificultades en las relaciones sociales.

 

El estudio de Harvard incluyó a niños de 116 mil 430 mujeres en el Nurses’ Health Study II, un estudio que comenzó en 1989. Los investigadores recogieron información sobre dónde residían las mujeres durante su embarazo y los niveles de partículas contaminantes.

Luego compararon los registros prenatales de 245 niños con trastorno del espectro autista con los de mil 522 niños con un desarrollo normal, todos nacidos entre 1990 y 2002.

La comparación no mostró que hubiera una asociación entre el autismo y la contaminación del aire antes o a comienzos del embarazo, o después del nacimiento del niño. Pero altos niveles de exposición durante el tercer trimestre duplicaban el riesgo.

La evidencia de que la exposición de una embarazada a estas partículas contaminantes afecta el riesgo de autismo de su hijo “es cada vez más firme”, indicó el epidemiólogo de Harvard Marc Weisskopf, quien encabezó el estudio.

No está claro cómo pequeñas partículas pueden causar autismo, pero están cubiertas de diferentes contaminantes y penetran las células, lo que puede afectar el desarrollo del cerebro.

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo crónico que afecta a la capacidad para la comunicación y el lenguaje y que produce dificultades en las relaciones sociales. Afecta a uno de cada 88 niños.

El comportamiento de los pacientes puede ocasionar grandes limitaciones y dificultades en los ámbitos médico, social, familiar y educativo.

HispanTV

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