Yihadistas muertos durante tiroteo en Francia planeaban otro atentado

Dos de los terroristas muertos la semana pasada en el asalto policial a un apartamento de la ciudad de Saint Denis e implicados en los ataques de París cinco días antes planeaban un nuevo atentado suicida en el barrio de negocios de La Defense, en las afueras de la capital francesa, informó la Agencia EFE.

Esta fue la principal revelación sobre la marcha de las investigaciones hecha por el fiscal de París, François Molins, que también dio detalles sobre el hombre más buscado por la policía europea, Salah Abdeslam, del que se sospecha que tendría que haberse hecho saltar con un chaleco de explosivos la noche de los atentados, pero no lo hizo por razones desconocidas.

Molins relató en conferencia de prensa que el presunto coordinador de los atentados, Abdelhamid Abaaoud, murió en Saint Denis junto a su prima Hasna Aitboulahcen y, sobre todo, junto a un hombre al que no se ha conseguido identificar y que no estaba fichado en Francia.

Esos dos hombres tenían dos chalecos de explosivos -uno de ellos fue accionado durante el asedio de las fuerzas del orden al apartamento- con los que los investigadores creen que debían cometer un atentado en La Defense ese mismo día o al día siguiente, el 19.

Según la Fiscalía, los dos habían formado parte de uno de los comandos de los atentados yihadistas de París del día 13, en concreto el conocido como “el de las terrazas” porque tiroteó varios bares y restaurantes al este de la plaza de la República de París, en los que murieron 40 personas y decenas resultaron heridas.

El tercer miembro del “comando de las terrazas” es Brahim Abdeslam, quien después de los tiroteos se hizo saltar por los aires con un chaleco de explosivos como los utilizados por el grupo que atacó la sala de conciertos del Bataclan y por los tres yihadistas que actuaron en el Estadio de Francia.

La policía pudo hacer un seguimiento a posteriori del móvil que se cree que llevaba Abaaoud esa noche y quedó en evidencia que el supuesto coordinador de los atentados fue hasta Montreuil, donde apareció abandonado el coche que utilizaron, y desde ahí volvió a París y en concreto “a la escena del crimen”.

Molins precisó que los repetidores localizaron su teléfono en torno a los lugares donde había cometido las masacres y en los alrededores del Bataclan, cuando todavía estaban dentro actuando los tres terroristas que mataron allí a 89 personas e hirieron a más de 200.

Los días siguientes, Abaaoud -probablemente acompañado por el terrorista que murió junto a él- los pasó en zonas industriales de La Courneuve y Aubervilliers hasta que Hasna Aitboulahcen consiguió encontrarles refugio en una casa de Saint Denis que sus propietarios alquilaban a indocumentados o delincuentes.

Precisamente el hombre que les proporcionó el piso, Jawad Bendaoud -con un amplio historial delictivo que incluye la muerte de un hombre-, fue acusado por diversos cargos, incluido el de terrorismo, ya que los investigadores creen que estaba al corriente de quiénes eran los yihadistas.

En cuanto al hombre más buscado en Europa, Salah Abdeslam, su papel en los atentados parece un poco más claro en este estadio de las pesquisas, aunque siguen subsistiendo una serie de incógnitas.

La Fiscalía considera que fue él quien se encargó de conducir a los tres terroristas suicidas que se hicieron saltar con sus chalecos de explosivos en las afueras del Estadio de Francia donde se disputaba el partido amistoso Francia-Alemania.

Su ADN estaba en el Renault Clio -en particular en la llave- que se utilizó para llevar a esos tres yihadistas y que apareció abandonado no lejos de allí, en el distrito XVIII de París.

Se cree que Salah Abdeslam tenía también un chaleco de explosivos, que sería el que ayer se encontró en la ciudad de Montrouge, al sur de París, en una zona donde se había detectado el móvil de este terrorista en la noche de los atentados.

La hipótesis que barajan los investigadores es que él tenía encomendado otro atentado suicida en el distrito XVIII de París, que aparecía como uno de los escenarios de los ataques en el comunicado del Estado Islámico (EI) en el que la organización terrorista los reivindicaba, pero que no se perpetró. La incógnita, si eso se confirma, es por qué.

Molins también dio cuenta de otro presunto implicado en los ataques, el belga-marroquí Mohamed Abrini, grabado en una gasolinera camino de París dos días antes de los atentados con el Renault Clio abandonado por Abdeslam en el distrito XVIII de la capital francesa.

El fiscal señaló que Salah Abdeslam y Mohamed Abrini habrían estado realizando entonces prospecciones previas a los ataques.