Calderón hundió al PAN: politólogos; sólo un independiente lo levantaría en 2018, dicen

El Partido Acción Nacional (PAN) perdió el rumbo del triunfo durante la primera década del milenio y desde la mitad del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa ha caído en un tobogán del cual sólo podrá levantarse en 2018 si consigue refrescar su discurso o es abanderado por un candidato independiente, sostuvieron politólogos a SinEmbargo.

Los especialistas coincidieron en que el PAN ha dejado de ser referente para el electorado porque no tiene un proyecto para el país. “Después del Pacto por México ya no tiene nada”, afirmó Eduardo Bueno León, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.

“Es un partido sin proyecto para el país, sin capacidad de ilusionar a la gente, sin capacidad de conformar un bloque opositor, sin liderazgos fuertes, y con una amenaza latente de que sus principales figuras se vayan disgregando o se vayan retirando”, explicó el académico.

Los especialistas concordaron en que lo más probable es que Acción Nacional no sea un partido que esté en el 2018 jugando la alternancia si no rectifica y resuelve los problemas que le han colocado en una situación tan desfavorable rumbo al 2018.

“Creo que un PRI más sus aliados pueden derrotarlo perfectamente y creo que en el 2018 si las izquierdas se integran en un bloque, pues la lucha sería entre el PRI y sus aliados y las izquierdas unificadas, Acción Nacional se quedaría, lo más probable, en un tercer lugar”, explicó Eduardo Bueno.
Paradójicamente, tras el triunfo que significó colocar al primer Presidente de la República emanado de la oposición postrevolucionaria, el PAN cayó en una dinámica que lo alejó de la ciudadanía, como había sido la marca en la década de los noventa.

Eduardo Huchim May, académico y ex consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal, explicó que a partir de que Acción Nacional fue gobierno “se dio una pérdida por parte del PAN de principios y de prácticas que lo habían caracterizado como partido democrático”.

Sin embargo, las malas decisiones tomadas por el partido albiazul como fueron las alianzas electorales con la izquierda para obtener pírricos triunfos en Oaxaca, Sinaloa, y algunos municipios; el recuerdo del sangriento sexenio de Felipe Calderón, así como la firma del Pacto por México, han cobrado una factura muy cara al panismo a nivel nacional.

“Firmar tan rápidamente el Pacto creo que está teniendo costos graves para el PAN”, explicó María Eugenia Valdés Vega, profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa (UAM-I).
Tanto panistas como expertos en política han responsabilizado a Gustavo Madero Muñóz, presidente nacional del PAN, de conducir al albiazul a la elección más desastrosa de los últimos 25 años, como gobierno y como oposición.

El pasado 7 de junio, en las urnas, el PAN de Gustavo Madero alcanzó solo el 22 por ciento de la votación nacional, lejos del 30 por ciento de los votos y los 143 diputados federales que obtuvo el PAN en la elección de 2009, por cuyos resultados renunció Germán Martínez Cázares a la presidencia del partido.

No obstante, Madero no ha sido el único que entregó malas cuentas: los últimos presidentes nacionales de Acción Nacional aportaron su pala de tierra para sepultar al panismo en un tercer lugar general en las preferencias electorales, por debajo del partido en el poder y las izquierdas en su conjunto.

También los dos presidentes de la República emanados del albiazul han tenido su parte en la fragmentación panista: Vicente Fox Quesada está divorciado del PAN a tal punto que abiertamente llamó a votar por el candidato presidencial priista Enrique Peña Nieto en el 2012, por lo que sigue pendiente su proceso de expulsión en el partido.

En tanto, Felipe Calderón se ha empeñado en arrebatar el control del PAN a Gustavo Madero. Ésta, dicen los expertos, es una tarea que podría tomar en persona el propio político michoacano luego de que sus allegados no han podido cumplir con la tarea con éxito, pues ni Ernesto Cordero Arroyo ni la propia esposa del ex mandatario Margarita Zavala Gómez del Campo pudieron disminuir el poder maderista.

LA CAÍDA DEL 2000 AL 2012

Siendo gobierno, el PAN fue absorbido por lo más nefasto de la cultura priista y en ese sentido el PAN se desdibujó, perdió muchísimo de cara al electorado, de aquello partido caracterizado como el más democrático del país, como el más respetuoso de la ley, se transformó en otra cosa”, explicó el académico Eduardo Huchim.

Fox Quesada mantuvo los pilares del viejo régimen y se asoció con ellos, como sucedió con Elba Esther Gordillo, entonces aún lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), además de Carlos Romero Deschamps, líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).

Tampoco resolvió la problemática de la exclusión indígena evidenciada tras el levantamiento armado del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en 1994, ni atendió la demanda de justicia de las víctimas de la guerra sucia en México con su Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP).

En 1994, cuando el candidato presidencial fue Diego Fernández de Cevallos, el PAN obtuvo el 24.98 por ciento de los votos, lo que le valió 119 diputados federales en la Cámara de Diputados.

En 2000, con Vicente Fox como abanderado, el blanquiazul logró 38.24 por ciento de los votos y obtuvo 207 diputados federales. Sin embargo, en la crisis de 2003 la votación cayó a 33.39 por ciento de la votación y 153 legisladores en San Lázaro.

Un sexenio después, el Gobierno de Felipe Calderón empezó con el pie izquierdo al ser cuestionado su triunfo en las urnas. A pesar de su vasta experiencia como presidente del PAN y como coordinador de los diputados panistas, Calderón no supo entender la necesidad de cambios profundos al sistema político.

En el 2006 con Calderón como candidato presidencial y Manuel Espino como presidente del partido, el PAN obtuvo el 41.2 por ciento y logró 206 legisladores.

Durante la primera mitad de su gobierno, con una pesada losa que representó el Movimiento Progresista, la unión de los partidos de izquierda en un bloque opositor político y legislativo, a Calderón no le quedó otra más que establecer alianzas con los representantes del viejo régimen.

En 2009, en plena guerra contra el crimen organizado, la votación para el PAN cayó a 30 por ciento y 143 diputados federales.

Al final del sexenio calderonista, con Josefina Vázquez Mota como candidata presidencial, la votación cayó al 25.89 por ciento de los votos y 114 diputados federales, tras una serie de presidentes que incluyeron a Germán Martínez Cázares, César Nava Yáñez y el propio Gustavo Madero.