En el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), incluido Internet, las personas que forman parte de los grupos vulnerables, como aquellas con discapacidad, están segregadas, afirmó Elia Lázaro Jiménez, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
En el Marco del Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, que se celebra este 17 de mayo, expuso que México requiere de un programa integral de penetración de las tecnologías, pues si bien hay avances, como ocurre en el campo de la educación, donde el gobierno otorga tabletas a alumnos de primaria e instala equipos de cómputo en escuelas de pueblos alejados, éstas resultan acciones sin impacto, porque no basta con proporcionar las herramientas, también debe darse la capacitación a los profesores y disponer de la infraestructura (hardware, software y acceso a Internet) para el funcionamiento y uso de las mismas.
Si eso lo vemos en términos generales, traducido a las personas con discapacidad la situación es todavía más grave. No existen recursos tecnológicos que den respuesta a la diversidad y posibiliten el desarrollo de este segmento de la población.
Esta condición no debería ser una barrera para su inclusión a las nuevas tecnologías. Si para todos estas últimas son maravillosas, para dicho sector es una herramienta que le proporciona independencia, autonomía y seguridad.
El Internet tiene grandes ventajas para ellos; en la escuela las tecnologías se convierten en un material didáctico, de enseñanza y aprendizaje, que les brinda información y conocimiento; pueden trabajar en equipo sin reunirse físicamente, hacer colaboraciones y discutir sin necesidad de desplazarse. Constituyen un medio de comunicación, expresión y creatividad.
Al referirse al caso de la Universidad Nacional, señaló que los jóvenes con discapacidad que ingresan a sus aulas presentan, principalmente, problemas visuales, seguidos de los motrices y auditivos.
Entre las instancias existentes para dar atención, figura el Comité de Atención a las Personas con Discapacidad (CAD-UNAM), que ha promovido la implementación de comités locales en diferentes entidades universitarias.
En Trabajo Social se creó el CAD-ENTS desde hace cuatro años y no sólo se cuenta con un censo de alumnos, sino que se determinan sus requerimientos para el aprendizaje.
De ese modo, se ha establecido que, por ejemplo, quienes presentan problemas de la vista necesitan el uso del sistema Braille y un softwareespecífico de voz; quienes tienen alguna limitación física precisan de un hardware, adaptaciones en los equipos, como “ratones” más grandes, lectores y magnificadores de pantalla, reconocedores de voz, emulador de teclados y pantallas táctiles, entre otros, resaltó Lázaro Jiménez.
La especialista destacó el apoyo que reciben en la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC), donde se cuenta con una sala orientada a atender a las personas con diferentes tipos de discapacidades.
“Mientras tengan la capacidad intelectual para instruirse deben ser incluidos en las aulas universitarias”, sostuvo.
La ENTS tiene 23 estudiantes en esa condición y a los chicos que ya egresaron se les da seguimiento. Hasta ahora se ha titulado 20 por ciento.
“Luchamos para que la UNAM sea incluyente, y para serlo no basta con recibir a los alumnos con algún problema, sino darles los elementos y recursos necesarios para que puedan instruirse. No se les deben regalar las calificaciones, sino sustituir unas actividades por otras, de manera que se formen para ser profesionistas capacitados y de calidad. Hay que buscar los apoyos que requieren”, finalizó Elia Lázaro.